-¿Chronos? ¿Al igual que el supuesto dios del tiempo? Pensé, mientras gotas de sudor (frías como un glaciar) caían de mi frente y se posaban junto a mi mano derecha.
"χρόνος está escribiendo".
+ ¿Qué quieres decir con "supuesto?".
En ese momento, lo único que pudo pasar por mi cabeza fue pensar que todo era parte de una broma (una mala de verdad), pero al igual que el invierno, en algún momento todo se termina. Y ya era tiempo de que ésta pesada "broma" se transformara en primavera.
-¿Intentas asustarme? ¿Es eso? Intenté expresar mi enojo, mediante el tibio plástico del teclado que se amoldaba finamente en el contorno de las yemas de mis dedos.
+ ¿Qué ganaría yo?.
-Diversión, pasatiempo o cualquier otra estupidez que te genere una sensación de alivio y comodidad.
+Causar miedo no es divertido, en un principio sí, pero luego aburre.
-¿Y entonces qué buscas en mí? ¿Qué es lo que quieres? Pregunté de una vez por todas, como si de amnesia se tratara, preguntando tantas veces lo mismo.
+Simplemente hacer un trato, un trato en el cuál, tanto tu como yo estemos beneficiados.
Me llamarán hipócrita, pero existe un punto en la vida de las personas del cual no podemos escapar. Sientes que el placer está al alcance de tus dedos, pero sin embargo, limaste tus uñas años atrás. Y para cuando te quieres arrepentir, están dejando flores al lado de tu cuerpo vestido muy elegantemente sobre el suave colchón de un cajón moribundo frente a cientos de personas. Era tiempo de aceptar algo que sobresalga de lo repetitivo.
-¿Qué gano yo? Fue lo primero (y por ende lo más importante) que pregunté, no me interesaba saber qué clase de trato era, simplemente su resultado, su contenido, mi victoria.
+Todo lo que buscaste hasta el momento, producir alguna sensación en tu ser (una que no sea aburrimiento).
Respondió exactamente lo que buscaba, supo decir las palabras justas para sumergir mi corazón en un río de esperanza.
-¿Cómo sé que todo esto es verdad? ¿Y no es una simple coincidencia?
+ ¿Qué tal si me pongo a prueba?
Es cierto, sonaba aún más sincero que un político, el cual nos dice que la inseguridad es una sensación y es por eso que nos abrigamos en pleno verano (cretinos). Sin embargo soy una persona de desconfianza, es el principal motivo por el cual hasta ésta semana jamás había experimentado la sensación de la adrenalina recorriendo el interior de mi cuerpo.
-Digamos que aceptara la prueba, ¿Qué es lo que tienes en mente? Me expresé tranquilo, si realmente fuera un Dios, el sabría lo emocionado que me encuentro.
+ Se tratará de una semana en la cual tendrás múltiples visiones, si cada una de éstas se cumple, creerás en mi palabra y volveremos a hablar acerca del trato.
Fue tan conciso que en instantes pude sentir la amargura de sus palabras pegadas en mi paladar. Estaba claro que podía venderle un revolver a un pacifista, incluso años de vida a la mismísima muerte.
-Acepto. Fue todo lo que dije, ya que para éste entonces las palabras sobraban. Pero de todas formas tenía que expresar mi acuerdo con aquello que estaba detrás de una simple pantalla, formada por códigos y cables.
No necesitaba saber cuándo serían las visiones, tampoco dónde. Sabía que serían en el momento justo, él estaba apostando su diversión y yo... bueno, en cierta forma, yo apostaba mi vida (o al menos la parte sentimental de ella).
Rondaban cerca de las 9:30 PM, cómo estoy acostumbrado a jugar al Póker a partir de las 10PM, decidí que era hora de cenar. Para cuando quise volver a ver el reloj, ya estaba parado en la mitad de la cocina, con el plato de arroz en mi mano izquierda y la bebida (jugo de naranja) en la otra mano en dirección hacia la mesa.
Decidí no mirar televisión ésta noche, no quería quedarme sin apetito por las múltiples imágenes de personas sufriendo en la ignorancia de un gobierno corrupto. Sin embargo la lavadora de cerebros se encendió sola, y por unos instantes, creí que por fin la tecnología había tomado el control de sus propias vidas. Comprendí que estaba sucediendo, tal y como lo predijo aquel extraño, la primera visión estaba comenzando.
Pude observar (como si una cámara de seguridad estuviera pasando una vieja grabación) a una chica (pelo castaño, metro cincuenta, bellas caderas y finas piernas) corriendo velozmente por vereda de mi apartamento, parecía escapar de alguien. Segundos después puedo notar a un extraño (quién por cierto estaba de traje, pero con su rostro completamente tapado) detrás de ésta, llevando en su mano izquierda una navaja que brillaba como perlas en el fondo del océano y en su derecha la verdadera arma, la cual era un maletín de reluciente madera de mármol.
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Anacronismo
Action"Tardé milesimas de segundos en darme cuenta lo que realmente había sucedido, y para entonces, la sangre ya era hiel". - Dije riendo atípicamente, mientras una lagrima recorria cada sector de mis labios. No busque explicación alguna, sabía que era i...