El Origen de Patch

La alianza

Un par de semanas después me dieron el alta y me dejaron volver a casa, me dieron unos cuantos calmantes para el dolor y me dijeron que en un par de semanas se me pasaría. Ya me habían quitado las vendas pero me seguía doliendo, aun no me habían quitado los puntos así que tendría que volver. Por desgracia me prohibieron hacer cualquier tipo de esfuerzo físico ya que se me podian soltar los puntos. Parece ser que si todo va bien solo me quedará una cicatriz. Sí que tenía mala suerte. Ahora que sabía que mi madre estaba en peligro no podía ayudar. Aunque yo tenía otros planes, iba a empezar mi entrenamiento aunque tuviera que hacerlo solo, eso si, poco a poco.

Cuando llegue a casa lo primero que hice despues de librarme de la gente que me esperaba para darme la vienvenida a casa fue ir a junto mi hermano. Podía ser que yo no tuviera la suficiente fuerza como para liberar a mi madre del infierno pero estaba seguro de que si lo intentábamos juntos podríamos conseguirlo. Así que decidí perdonarlo u aliarme von el para rescatar a mamá aunque me hubiera mentido todo este tiempo.

Estaba en casa de mi abuela ya que ella pensaba que seria más seguro para mi. La casa de mi abuela era en realidad una mansión gigantesca en la cual te perdías si no la conocías bien. Todas las paredes de la casa estaban pintadas de blanco a excepción de mi antiguo cuarto y el de mi hermano. Por toda la casa había un montón de cuadros y jarrones. En la malloria de los cuadros eran de la familia a excepción de unos pocos que eran de ángeles y demonios. De pequeño siempre me había preguntado por que le gustaban tanto a mi abuela pero ahora que ya lo se preferiría no saberlo. Es como si la burbuja que me protegía del mundo real de hubiera derrumbado como si nada, una burbuja que había tardado años en construir y que había sido rotas en menos de 24h.

Toqué a la puerta y oí desde dentro una voz que decía adelante, así que entré. Su cuarto estaba igual que lo había dejado cuando se fue. Las paredes estaban pintadas de azul y tenía un pequeño escritorio blanco enfrente de la ventana con una sill negra enfrente. Al lado había una estantería llena de libros. En la pared opuesta estaba la cama y un poquito más allá un armario.

-Hola, ya veo que te has recuperado casi del todo, me alegro- dijo von voz avergonzada.

Se llamaba Steve y siempre había sido más alto que yo ya que me llevaba tres años. Tenía el pelo corto y negro y ojos azules, casi como yo, pero yo a diferencia de él, no mentía a la gente tan descaradamente durante tanto tiempo.

-Déjate de chorradas, no he venido a charlar de la operación ni tampoco de mi recuperación, solo he venido a proponerte una alianza.
-¿Qué clase de alianza?
-Quiero que me ayudes a rescatar a mamá del infierno. Sé que yo solo no tengo ninguna oportunidad pero si nos juntamos creo que podríamos conseguirlo.
-Sabes perfectamente que de eso se van a encargar los arcángeles. No creo que nos lo permitan.
-Me da igual lo que piensen los arcángeles, es nuetra madre y tenemos derecho a rescatarla. He olvidado durante un momento que me has estado engañando durante todo este tiempo solo para poder rescatar a mamá pero si no piensas ayudarme ya puedes olvidarte de mi para siempre.
-Yo sólo lo hice para protegerte, la abuela me había dicho que era lo mejor para todos.
-Pues se equivoca, a partir de ahora pienso tomar mis propias decisiones aunque sean malas.
-Está bien.
-¿Piensas ayudarme si o no?
-Vaaaaale, pero con una condición, deberás guardar reposo durante mínimo tres días y luego empezarás a entrenarte. Solo pienso ayudarte cuando sepa que podrás defenderme allí.
-Muy bien, acepto, pero ya veremos quien va a tener que salvar a quien cuando estemos allí.