¿Scott, un nefilim?

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A la mañana siguiente tuve el entrenamiento de todos los días con Basso y luego esperé a que Dabria viniera a mi casa para empezar a seguir a Scott. Tenía que averiguar que le había pasado. Era mi amigo y tenía que cuidar de él. No iba a permitir que le hicieran daño.

Cuando en el reloj del salón dieron las 16:00 sonó el timbre de la puerta y cuando fui abrir vi al otro lado a Dabria, tan guapa como siempre.

-¿Empezamos?
-Sí. ¿Te ha visto alguien?
-Creo que no. ¿Por?
-No es por nada malo pero no tengo ganas de darles esplicaciones a mi familia.
-Tranquilo. No me ha visto nadie.
-Mejor.

Salí de casa y acompañé a Dabria hasta mi coche. La invité a entrar y luego nos acercamos hasta casa de Scott el cual, por suerte, estaba en casa.

Hecho todo el día en casa hasta las 20:00 que salió de casa y se dirigió a un restaurante. Nada inusual. Dabria se estaba empezando a aburrir. Se le notaba pero no protestó ni un momento. Era tan buena...

Cuando acabó salió del restaurante y se dirigía hacia su casa. Todo normal. Estaba empezando a pensar que Scott me había dicho la verdad y que no le pasaba nada hasta que derrepente un hombre se cruzó en su camino y le paró.

Por desgracia no llegué a oír toda la conversación pero hablaban algo de que Scott debía de prestarle fidelidad a la persona. Al principio no entendí a que se referían pero luego ya me di cuenta. Pero no podía ser. No era posible. Scott era un nefilim. Ahora todas las piezas encajan, se acerca el mes de Jeshvan y seguramente el hombre que está delante de él debía de ser un ángel caído. No podía creerme que Scott fuera un nefilim. ¿Desde cuando lo sabría? Estaba desconcertado pero aún así me obligue a mirar.

Entonces empezó lo que me temía así que mandé a casa a Dabria sin darle explicaciones. Por suerte tampoco los pidió. Supongo que preferiría no meterse en eso. Menos mal. Me había quedado sin coche pero malo será que Scott no me lo dejara después de ayudarlo.

Cuando salí de detrás de la esquina en la que estaba escondido Scott ya estaba tumbado en el suelo y el hombre estaba sin camisa. Ahora se veía sus músculos. Estaba seguro de que era muy fuerte y aunque alomejor no pudiera con él tenía que intentarlo. No podía permitir que lo sometieran a un juramento y que perdiera el control de su cuerpo un mes para siempre.

Así que me acerque y me lanze contra él. Conseguí derrumbarlo pero pronto se puso de pie y me dio un puñetazo en el estómago. Por suerte me conseguí apartar justo a tiempo de que me diera con una barra de metal. Rodé hasta un lado y entonces empecé con un truco mental.

Fallé y entonces me decidí a darle un puñetazo en la mandíbula. Este retrocedió pero luego me dio con un gancho otra vez en la barriga.

Empecé a escupir sangre pero eso no me detuvo. Volví a intentarlo con otto truco mental. Y esta vez lo conseguí. Sabía que no iba a durar mucho tiempo por lo que apure a Scott para que nos marcharamos.

Conseguí engañarlo y convencerlo de que no éramos nefilim y que estaba perdiendo el tiempo. Así que se fue y nos dejó en paz. Me dolía un montón el estómago pero aún así conseguí llegar hasta Scott y ayudarlo a levantarse.

-¿Que haces tu aquí?- preguntó atemorizado y desconcertado.
-He venido a ayudarte. Pero gracias. ¿Ha conseguido que le prestaras fidelidad?
-No. ¿Cómo has podido con él? ¿Acaso eres un nefilim?
-Soy un arcángel. Pero no hay tiempo para explicaciones. El truco mental que le hice no durara mucho tiempo. Vámonos rápido.

Después de que le explicara todo lo conseguí convencer para que me dejara acompañarlo a casa. Y él acambio me prometió que no se lo diría a nadie, ni siquiera a Rixon.

Cuando me bajé del coche de Scott el cual me había convencido de que podía ir sólo a casa. Abrí la puerta y nada más entrar me encontré con Basso sentado en el sofá esperándome.

-Tenemos que hablar.

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