Dalmad

28 0 0
                                    

Hace algunos días estaba jugando God of War: Ascension en línea, estaba en modo único de 1 jugador contra la máquina, pero curiosamente después de vencer la etapa recibí una solicitud de amistad de un tal Dalmad que decía lo siguiente "Juegas muy bien, ¿podemos ser amigos?".

Me pareció extraño, ya que estaba jugando solo en aquel momento, pero supuse que la persona había jugado conmigo en otra ocasión y hasta hoy recibí la invitación. Acepté la solicitud del tal Dalmad y me disponía a volver a mi juego cuando recibí una invitación del grupo de Dalmad. Acepté y comenzamos el juego, al principio éramos él y yo contra otras dos personas, modestia aparte me desempeño bastante bien en ese juego, juego como nadie y casi siempre les gano a todo, pero por supuesto que están los adictos hardcore a los que resulta increíble ver jugar, apenas te mueves y estás muerto. Creí que Dalmad era uno de esos, el destrozaba a los adversarios como si no necesitara de mi ayuda, juntos derrotamos a pares de viciosos que eran imbatibles, y fue fácil, siempre muy fácil, el tal Dalmad era una máquina de destrucción.

Entonces inicié una conversación con él, pues hasta entonces habíamos estado callados.

– ¿Y dices que yo juego bien? Eres el tipo más adicto que he visto hasta ahora, juegas fenomenal amigo.

– ¡También tú eres muy bueno! Pero yo prefiero que me digas amiga o incluso Dalmad.

Su respuesta me hizo reír a carcajadas y encontrar todo aún más sorprendente, pues Dalmad no era un hombre sino una mujer, de voz suave y linda que haría que cualquier nerd gamer comenzará con un ataque se seducción. Por supuesto que tuve ese instinto, pero ya soy un tipo bastante experto en esos aspectos, estábamos allí para jugar después de todo.

Seguimos en silencio durante dos partidas más hasta que, para mi alegría, escuche su voz suave nuevamente.

– ¿Quieres jugar Diablo 3, sí?

– ¿Pero, cómo sabes que tengo ese juego?

– Cuestión de suerte, algo me decía que lo tenías.

Acepté y comenzamos a jugar Diablo, este juego, para quien no lo conoce, te hace perder horas y horas sin que te des cuenta, y en la compañías de Dalmad las horas pasaron todavía más rápido. En medio de la partida comenzamos a conversar mucho sobre varios temas, juegos, animes, películas, gustos musicales, deportes, etc. Nuestros gustos se acoplaban de una forma sorprendente, lo que generó muchas risas y momentos agradables en los que uno parecía muy atraído por la personalidad del otro.

De repente, en medio de una misión y de una conversación agradable Dalmad dijo que tenía que salir, y se fue así sin más, ni siquiera me dio tiempo a despedirme. Bueno, mire al reloj y eran las tres de la madrugada. Desconecté todo y me fui a dormir.

El día siguiente transcurrió normal en el trabajo, pese al sueño por haberme ido a dormir tan tarde. No podía sacarme a Dalmad de la cabeza, su voz, su risa y sus gustos, todo venía a mi mente de una forma cada vez más frecuente, y así me quedé, pensando y maldiciendo por no haberle pedido su Skype, Facebook o al menos un correo electrónico de contacto.

Al llegar a casa pronto entré a la psn, y para mi alegría, antes de que pudiera saludarla pude escuchar su voz.

– Hola, te extrañé, ¿podemos seguir jugando?

– Que bueno verte aquí Dalmad, que idiota fui ayer, ni siquiera te pregunté tu nombre o edad, preferí hablar de otros temas.

– Mi nombre por ahora es Dalmad si no te importa, si nos hacemos amigos más próximos como yo pretendo que sea, entonces, te daré mi nombre real ¿de acuerdo? Y mi edad es 20 años. ¡Ah! Y no tengo novio, sé que no me lo preguntaste pero después de nuestra charla de ayer creo que debes saberlo.

Leyendas urbanas y algunos relatos de  creepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora