American McGee's Alice

Epílogo: El pasado perdona

Notas extraídas del diario del doctor Hieronymus Q. Wilson:

PSIQUIÁTRICO RUTLEDGE.

En octubre, cuando mi salud ya flaqueaba, admití que había hecho todo lo que podía hacer por Alice.
Tras una década de tratamientos, después de haber tratado su estado mental con todas las terapias de entonces, Alice salió de su estado catatónico pero no supimos el motivo.

Pensé entonces que el tratamiento con fármacos había sido efectivo, pero ahora lo pongo realmente en duda.

¿Pudo haber sido el reencuentro con el juguete de su infancia? Resulta que el conejo era una copia del original, que hacía años que había desaparecido.

¿Algo que yo dijera?
Alice no reaccionaba a mis órdenes, instrucciones, súplicas o peticiones.
En cuanto a que Alice estuviera "curada", según creo, se curó sola.

Como parecía más o menos estable, aunque las alucinaciones la acosaban y la frustraban más que asustarla, me rendí ante los ruegos del director.
Como parecía improbable una mayor "curación", se consideró que continuar con su confinamiento era una pérdida de tiempo para todos.

Sin familia ni amigos, pero en posesión de una pequeña herencia, Alice abandonó Rutledge en noviembre, deprimida pero dispuesta a luchar por su cordura.
La enfermera Witless le buscó un trabajo con el Dr. Bumby y Alice quedó bajo su protección en el Hogar de Houndsditch y Refugio para Jóvenes Rebeldes del distrito este de Londres.
Ojalá les vaya bien a los dos...