Vuelvo a llamar a la puerta, al ver que nadie me responde, vale me estoy poniendo demasiado nerviosa. Llamo de nuevo y me empiezo a enfadar, creo que el señor Turner me está ignorando, así que haciendo un acto de valor, decido entrar.
En el momento que entro en su despacho, me arrepiento, al encontrar al Adonis de la venita, a su lado, enseñándole unos papeles.
-Lo que faltaba- Oigo que exclama, seguido de un suspiro.
Lo único que se me ocurre es ignorarlo, y me dirijo hacia donde se encuentran.
-Perdón por el retraso señor Turner, he tenido un pequeño percance- Digo, dirigiendole una mirada despectiva al Adonis.
-No pasa nada, ¿Señorita Wolf?- Acto seguido me tiende la mano.
-Llámeme Alicia por favor - Le digo aceptando su mano.
-Está bien Alicia, encantado.
-Igualmente señor Turner- Le digo ofreciéndole la mejor de mis sonrisas.
-Bueno Marc, hablamos después, y piénsatelo, sabes que ganaremos todos- Dice el Adonis a la vez que recoge y mete los papeles que le estaba enseñando al señor Turner.
-Deja que me lo piense, pero no te prometo nada- Le dice a la vez le da un abrazo.
Una vez termina el abrazo el Adonis, dirige su mirada a mí.
-Me la pagarás, pequeña, eso te lo aseguro, ladroncilla temeraria.
Me quedo petrificada, este hombre me intimida demasiado, hace que me ponga nerviosa, una cosa a la que no acostumbro, y creo que lo sabe, por eso no se le quita esa estúpida, pero preciosa sonrisa. Dios Ali, no no pienses así de este hombre, es un capullo, ya lo ha demostrado, así que tranquilizante e ignoralo.
Haciéndose acto presente, el señor Turner tose, disimuladamente, y de esta forma rompe el contacto visual, junto a la tensión establecida entre El Adonis y yo.
Sin pensárselo dos veces el Adonis, sale del despacho, dejándonos a solas a el Señor Turner y a mi.
-Toma asiento. - Me dice este.
-Gracias- Le respondo, más tranquila, al no sentir la intensa mirada del Adonis.
Después de una larga charla sobre cuál será mi cometido en la empresa, y mis honorarios, el señor Turner me acompaña hasta la puerta.
Una vez salgo del edificio, en el cual trabajaré ocupandome, básicamente del papeleo, y acompañando al señor Turner a las reuniones en el extranjero, decido llamar a María, así que busco mi móvil en el bolso y observo la hora, 11:16, mejor no la llamo, siempre que se queda con su novio no está disponible hasta la hora de comer así que prefiero no molestarla.
Me dirijo hasta mi coche, con la intención de llegar a mi casa, y ya que hoy Gonzalo comerá en casa.
Cuándo diviso al coche, siento que la burbuja de felicidad en la que me encontraba se explota en mi cara, al ver al Adonis, apoyado en el...
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Es nuestra promesa
RomanceSumida en la monotonía, sin una amiga a la que pueda contarle sus inquietudes, con una familia en la que hay problemas todos los días, víctima de acoso escolar, en definitiva harta de la vida, cansada de no saber cuando terminará la tortura que...