Capítulo 11

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Me giré y me pareció ver a Mi Adonis abalanzarse sobre el idiota que me estaba intentado meter mano.

Una vez en el suelo, los puñetazos volaban, llegó un punto en el que me empecé a agobiar y sin darme cuenta acabé llorando.

Poco a poco la gente empezó a formar un círculo alrededor de lo que en ese momento era el espectáculo de la noche, la pelea, Mi Adonis se encontraba forcejeando con el idiota sobón, este le intentó propinar un puñetazo y antes de que esto ocurriese, me quité un tacón y le pegué con el en la espalda.

Upss- Dije, y comencé a reírme- Y tú
- dije mirando a Mi Adonis- Sé defenderme sola - Sorprendida con mi bipolaridad, recogí mi zapato del suelo y me dispuse a salir de la discoteca.

Joder, ¿ Tan grande es este lugar? -Grité a básicamente a nadie.

Cuando por fin vi una puerta, perdí el equilibrio y me caí de boca, intenté levantarme pero me resultaba imposible, y de nuevo comencé a llorar, bueno más que llorar a berrear.

Sentí que alguien me levantaba y me cogía en brazos, como un acto reflejo, me acurruqué en su cuello.

-Que bien hueles...-dije pasando mi nariz por su cuello.

(*)

Despierto en una habitación desconocida para mí, en un intento de incorporarme siento que la cabeza me va a explotar, así que decido quedarme tumbada, y analizar la situación , pero con el dolor de cabeza que tengo, me resulta imposible y me quedo dormida de nuevo.

(*)

Vuelvo a despertarme, y sigo estando en la misma habitación, estoy tapada con una sábana gris, pero estoy en ropa interior.

No sé cómo he llegado hasta aquí, me levanto y busco mi ropa pero no la encuentro así que voy al armario y decido robarle a quienquiera que sea una camisa.

Salgo de la habitación y me dirijo hacia el salón de la desconocida casa, en busca de alguien.

Cuando por fin encuentro el salón, veo a un hombre, de espaldas a mi, trabajando, y me quiero morir de la vergüenza es Mi Adonis.... Hay dios mio ¿qué hago en casa de Mi Adonis?, ¿Cómo he llegado hasta aquí?, ¿Qué ha pasado esta noche?... Son demasiadas preguntas así que decido hacercarme al hombre de nombre desconocido que tengo delante mía.

-Esto... ¿Quién eres?, ¿Cómo he llegado hasta aquí?, ¿Y mi ropa? , ¿No habrá pasado nada? ¿Qué hora es?, mejor dime donde está mi bolso, por favor -Dije a la vez que esté se levantaba y me miraba.

Dios mio pero es que este tipo siempre está guapo, vestido con un pantalón de chándal y una camisa de tirantas, gris, con el pelo alborotado y mojado, seguramente porque se acaba de duchar.

- Soy Víctor, Víctor Navarro, ¿No te acuerdas de nada?

Joder, que momento más 007, es imposible no sonrojarse.

-Supongo que no, pues básicamente un tío intentó pasarse de listo contigo en la discoteca, y casualmente yo estaba ahí, lo tenia todo controlado pero una loca temeraria, que iba muy, repito MUY borracha, se quitó el tacón y le pegó al hombre, y después intentó darse a la fuga pero cada metro se caía, y empezaba a llorar, así que la tuve que traer a mi casa en un acto de caridad, al que no acostumbro-Me dijo sonriéndome y violandome con la mirada.

Joder, este tío me puede, es que me habla y me pierdo en su sonrisa colgate, que guapísimo es, me quedo embobada en sus ojos, creo que se está dando cuenta pero me resulta imposible romper el contacto visual, de repente se acerca a mi, coloca un mechón de mi rojo pelo detrás de mi oreja y se acerca lentamente a mi rostro.....

Es nuestra promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora