Capítulo 37

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Era viernes por la mañana y Nathan ayudaba a los padres de Kate a meter sus maletas en el auto para llevarlos al aeropuerto. Su visita había terminado y era momento de que regresaran a Nueva York.

-¿Dónde está Jay, cariño?- preguntó la señora McDonald a su hija.

-Tal vez en su cuarto. ¿Por qué?

-Oh, creí que vendrías con él para dejarnos en el aeropuerto.

-Me hará creer que no soy buena compañía, señora- bromeó Nathan al cerrar el maletero.

Todos entraron en el auto de Kate para protegerse de la lluvia y no hacer que los McDonald perdieran su vuelo.

Durante el trayecto, Kate habló de su idea de ahorrar un poco de dinero para ir a Nueva York y poder visitar el lugar donde descansaba su tía Fey. Por un momento Nathan pensó que podría ir con ella.

Cuando el avión despegó alejando a sus padres, Kate no pudo evitar suspirar con tristeza. Esos diez días no habían sido suficientes para ella. Nathan la abrazó y depositó un beso en su frente.

-¿Quieres ir a algún lugar en especial para distraerte?- ofreció su novio.

-Sólo quiero descansar un poco.

-¿No te importa que Paula esté ahí?

Nathan ya estaba al tanto de la situación entre Kate y Paula. Se sentía mal por haber lastimado indirectamente los sentimientos de la segunda, pero se preocupaba más por su novia y lo afectada que había resultado. Él sabía que Kate la pasaba muy mal.

-No es como si me prestara atención- respondió ella con la mirada baja.

-Podríamos ir a mi departamento.

-Supongo que no estaría mal.

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-Me he preguntado si no sería buena idea tener un elevador.

-Deja de ser tan perezosa, Kate.

Ambos rieron mientras subían las escaleras que llevaban al piso de Nathan.

Kate tropezó y estuvo a punto de caer, sus pies dejaron de tocar el suelo por un segundo, pero Nathan reaccionó a tiempo y logró mantener su cuerpo erguido. Ella respiró pesadamente y sus ojos se abrieron por completo a causa de la impresión.

-Dios mío, ¿estás bien?- La tomó por los hombros como si no pudiera creer que estaba completa.

Kate se las arregló para sonreír y reírse un poco.

-Sí, gracias a ti.

-Ahora tienes mi apoyo respecto al elevador. Deberíamos sugerirlo.

-Fue un pequeño traspié, Nath. No es gran cosa. Mi vida no corrió peligro.

Nathan le acarició la mejilla con el pulgar.

-¿Entonces sería demasiado dramático besarte después de ese gran susto?

No esperó una respuesta. Sólo se inclinó y presionó su boca contra la de Kate, tomándola por sorpresa. Ella le devolvió el beso con calma, sin sentir la necesidad de apresurar el momento.

Nathan llevó una de sus manos a la espalda de Kate, y la que sostenía su mejilla se dirigió a la parte trasera de su cabeza, y profundizó el beso con demasiada fuerza. Eso no lo había hecho antes. Y la sensación fue tan desconocida para Kate que rompió el contacto.

"¿Por qué siento que esto no es correcto?", se preguntó la pelirroja. Observó a Nathan con la intención de disculparse y dar una explicación cuando por el rabillo del ojo notó a alguien más haciéndoles compañía.

Volver a Verte (The WANTED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora