Capítulo 32

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Kate rodó fuera de la cama y se estrelló contra el suelo. Eso la despertó de inmediato.

Su celular sonaba en algún lugar dentro de la habitación y lo único que quería era encontrarlo para arrojárselo a la cabeza a quien fuera que estuviera llamando.

Resultó estar dentro de su armario, y quien trataba de contactarla era Jay.

-Dame una buena razón para no asesinarte cuando te vea- gruñó Kate.

-Eh... mejor no vengas a abrir la puerta... acuéstate y duerme...

-No te muevas de donde estás.

Kate fue hacia la puerta de su departamento y la abrió, para encontrarse con Jay jugando con los botones de su abrigo.

Apenas la vio, levantó sus manos en señal de rendición.

-Sé que odias que te despierten, lo sé y lo lamento. Tenía la esperanza de que a esta hora ya estuvieras consciente... ¿acaso tu pijama tiene un conejo?

La pelirroja bajó la mirada hacia lo que llevaba puesto. Olvidó que aún estaba en pijama.

Hizo un gesto con la cabeza indicándole que entrara y su amigo obedeció.

-Nunca menciones que me viste usando esto.

-¿Es demasiado vergonzoso?

-Simplemente no lo hagas- le pidió ella-. Va para nuestra lista de secretos.

-Anotado.

Kate le pidió a Jay que la disculpara mientras cambiaba su ropa de dormir por algo más presentable. Al volver lo encontró sentado en su pequeña sala.

-Bien- ella se acomodó en un sillón cerca de él-, habla. ¿Qué te trae por acá?

-Pues, como recordarás, este fin de semana es el cumpleaños de Max. Y todavía no tenemos preparado lo del pastel.

-Paula ni loca vuelve a hacer un pastel de cumpleaños- se rió.

Jay también lo hizo.

-Pensaba en pedírselo a tu mamá, en realidad.

-Oh, supongo que aceptará.

-Entonces iré a buscarla más tarde.- Se puso de pie y le tendió la mano a la chica-. Justo ahora quiero invitarte a desayunar, como disculpa por interrumpir tu sueño.

-Sé que es lo menos que puedes hacer, pero quiero estar con mis padres tanto como dure su visita.

-Entonces, ¿qué te parece si salimos a cenar hoy?

Fue ahí donde Kate recordó la invitación de Nathan y la duda sobre a dónde la llevaría la invadió. Ni siquiera sabía qué podría ponerse.

-¿Sigues aquí?- Jay sacudió su mano ante la cara de Kate, tratando de hacerla reaccionar.

-Sí- dijo al volver a la realidad-. Sólo... recordé que esta noche estaré ocupada con algo.

-Pues vamos a comer algo ahora. Si quieres nos tomamos una taza de chocolate caliente y después vamos a casa de tus padres.

Kate sabía que aceptar la propuesta de su amigo no le quitaría demasiado tiempo de convivencia con su familia, de modo que accedió.

>>>

Bajaron del auto y entraron en un pequeño local que tenía una pizarra al lado de la puerta de entrada, en donde se presumía que preparaban el mejor chocolate caliente desde 1989.

Antes de que Kate pudiera sentarse ante la mesa que habían elegido, Jay tomó su silla y la recorrió hacia atrás, invitó a su amiga a acercarse y empujó con cuidado la silla hacia adelante. Después tomó asiento frente a ella.

Volver a Verte (The WANTED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora