Capítulo 29. Hasta luego

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Narra Viky.

Despues de 4 meses de llorarle a papá he logrado salir de mi fosa gracias a Marshall, Diana, Brandon y mamá. De hecho hoy iré a una fiesta con Diana, Marshall no podrá, debe ir a cenar con sus padres.
-entonces ¿no hay planes para ésta noche?- le pregunto a mamá mientras arregla su cabello frente al espejo
-no cariño ¿por qué?- se gira al terminar con su alborotado cabello que ahora está tranquilo en una coleta
-habrá una fiesta cerca de aquí y queria ir con Diana- hago un puchero en forma de suplica
-hace mucho que no salías a fiestas, me parece bien que vayas- doy saltitos y aplaudo de felicidad -pero debes llegar antes de la 1- bien, me parece una hora adecuada antes de la 1 de la mañana
-ok, es a las 8- salgo de la habitacion de mamá dando saltos de felicidad
-¿que te tiene tan feliz?- me encuentro con Brandon en el pasillo
-hoy es noche de fiesta- me disgusta un poco la cara de Brandon cuando le digo ésto -¿hay algún problema?- me pongo un poco seria
-es solo que no me gusta que salgas a fiestas, en una fiesta tuve que recogerte ebria y a punto de ser abusada, en tu propia fiesta estuviste a punto de empezar una pelea- entonces ¿quiere que toda mi vida me la pasé encerrada?
-¿eso significa que tu no me darás permiso ni me ayudaras si estoy en problemas en la fiesta?- enarco mi ceja algo molesta
-no, eso significa que no irás a la fiesta, no permitiré que te pase algo- me molesta demasiado que actúe como un viejo amargado
-¿y quién eres tú para prohibirmelo?- doy la medía vuelta pero me toma de la muñeca
-no vas y fin de la discusión- me safo agresivamente de su mano
-iré, lo quieras o no- subo a mi habitación y me recuesto en la cama, comienzo a gritar para sacar un poco mi frustración.
No tengo porque pedirle permiso a él, estoy de acuerdo que el me ha sacado de problemas y me ha cubierto cuando hago algo malo pero eso no le dá el derecho de ponerse así de pesado.
Diana me envía un mensaje

-¿iras?
-claro bebé, mamá me dió permiso
-¿iremos a putear?- sonrrio al leer su mensaje
-obviamente
-genial, debes ir lo mas perra posible
-así será.
Observo la hora, 6:45 es bastante tarde así que debo darme prisa ya que en una hora con 15 minutos no me dará tiempo de arreglarme.
Corro a darme una ducha caliente despues busco algo que ponerme
-bingo- muerdo mi labio al ver el bonito vestido rojo que mamá me dio hace unos meses, encuentro unas lindas medias que llegan hasta la rodilla de color blanco y esta vez no quiero caerme de lo borracha que estaré así que unos converse blancos no van mal. Me maquillo solo un poco, rimel y labial rojo carmesí.
Acabo justo a tiempo de arreglarme, pero olvidé hacerme un peinado extravagante así que dejo mi cabello suelto, doy un vistazo al atuendo y ahora que lo pienso me parezco a caperucita roja. Río al darme cuenta de ello.
El timbre de la casa suena, tomo mi bolso y bajo corriendo, me encuentro con Brandon recargado en la puerta
-¿estas segura?- se mantiene mirandome de forma retadora
-estoy segura- avanzo hacia la puerta y estoy a punto de tomar la perillla pero Brandon detiene mi mano
-si te pasa algo yo no haré nada para salvarte- su advertencia realmente me importa poco, no tolero las amenazas y menos de Brandon
-bien, no llames- abro la puerta y el se hace a un lado, salgo de casa y Diana me saluda
-pensé que ibamos a ser unas perras, no niñas de preescolar- dice Diana desilucionada
-yo sé que me veo bien- caminamos hacía la avenida y tomamos un Taxi que nos llevará a la fiesta. Apago el teléfono para evitar que Brandon se mantenga jodiendime toda la noche.
Al llegar a la fiesta sonreimos al ver lo enorme que es la casa y ademas lo bien que se ve el ambiente. Entramos a la casa y lo primero que hacemos es tomar una cerveza, vamos a conocer gente y hemos hecho a dos amigas las cuales son geniales y nos acompañaran a donde sea que vayamos o eso fue lo que dijeron.
-debes probarla- una de las chicas me entrega un cigarrillo de algo ilegal
-¿segura que no me pasará nada?- miro nerviosa el cigarrillo de marihuana
-no, mira a Diana sigue tranquila- es verdad, Diana está normal solo que con los ojos algo enrojecidos
-bien- lo tomo y le doy una pequeña calada
-grande niña, para que lo sientas mejor- le doy una calada enorme, incluso estuve a punto de ahogarme -aguanta, no lo sueltes- guardo el humonlo más que puedo en mis pulmones hasta que pronto mi cerebro pide oxígeno
-me siento orgullosa de tí- Diana me abraza fuerte y después todas empiezan a festejar, seguimos fumando y bebiendo hasta que pierdo la noción del tiempo.
Empiezo a oír y ver demasiado disturbio, pronto una de las chicas que conocemos llega apresurada
-¡la policía!- es lo ultimo que dice antes de tomar a su otra amiga y correr, tomo a Diana de la mano y corro a la salida. Estoy conciente de que si nos atrapan nos joderian porque fumamos marihuana, aun corro con Diana, pero llega un momento en el que la gente choca contra nuestro agarre y la suelto, la pierdo de vista pero continuó corriendo, siento como alguien me cae encima, cuando abro los ojos me encuentro con un policia el cual intenta ponerme esposas mientras forcejeo.
Veo al policia rodar y una mano me ayuda a levantarme, cuando estoy de pie veo muy confundida a la persona que me ayudó
-¿Dylan?- comenzamos a correr de nuevo a la salida sin mirar hacía atrás
-¿te sorprende?- claro que me sorprende y demasiado
-¿porque me ayudas?- me mira y despues mira hacia la salida de nuevo
-creerás que te odio y sé que tu me odias a mí, pero creo que debo recompensar la mierda que te hice pasar- tiene sentido su logica
-gracias- llegamos al jardin trasero, donde muchos están siendo arrestados
-de nada, suerte aquí nos separamos- suelta mi mano y me mira, después corre hacia la avenida, yo corro a la casa vecina y mescondo tras un arbusto.
-llamaré a Bran...- recuerdo sus claras palabras y tambien recuerdo las mias, por mas problemas que tenga soy demasiado orgullosa para recurrir a Brandon.
Busco el numero de una de las pocas personas que tienen auto y estarían dispuestos a sacarme de un apuro a las 12:30

Soy tu padrastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora