Dos

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Jade era de las primeras personas en llegar, y siempre esperaba a que llegara Diego por que era su único amigo. Ambos se conocían desde que tenían 6 años ya que sus padres hacían negocios entre ellos. Para coversar de estos iban a las casas de cada uno y como a veces no tenían con quién dejar a sus hijos, los llevaban a las reuniones.

—Hola Diego —saludó Jade a la vez que sonreía.

—Hola —él le devolvió la sonrisa.

—Y... ¿Qué tal?

—Le debo 1500 dólares a una niñata a la que choqué por accidente cuando iba camino a la escuela.

—Que buena forma de empezar el día ¿no?

—Ni que lo digas... Mis papás no estarán muy contentos cuando se enteren, pero igual me darán el dinero porque no es que les falte...

—Mm...

—¿Y tú qué tal?

—La verdad no tengo nada bueno que contar.

Bueno, eso era lo que decía ella, pero lo que le pasaba es que se estaba dando cuenta que el chico al que le hablaba le estaba empezando a gustar...

—Entonces... ¿Vamos a clases?

—Sí

~•••~•••~•••~•••~•••~•••~•••~

Ya en el horario de recreo, Diego le hizo una pregunta a Jade.

—¿Y si nos escapamos?

—Pero... ¿Y si nos castigan?

—Agh, no creo que nos descubran.... ¡Vamos!

—Mm... Bueno, total ni nos encuentran

—¡Esa es la Jade a la que quiero!

Pobre Jade, ella solo quería que la viera de forma especial, que la quisiera pero más que como amiga...

~•~ Por otro lado ~•~

Alisson se había pasado todo el día pensando en ese chico del skate, si que le pareció lindo, pero muy falta de respeto. Se lo encontró en el recreo, ella no lo había visto nunca (o eso creía, porque en realidad si lo ha visto sin tomarle atención).

—Oigan, no me puedo sacar a ese chico de la cabeza... —dijo en tono de puchero.

—Te dije que lo habías mirado raro, es mas que obvio que te gusta.

—No, solo me parece lindo. ¿Cómo me va a gustar si sólo lo he visto una vez?

—Existe algo llamado amor a primera vista —dijo Jenn, levantando las cejas para molestar a su amiga.

—Toda la razón, alguien puede empezar a gustarte sólo viéndolo.

—Ajá —dijo Kate mientras afirmaba con la cabeza.

—Oigan, si digo que no me gusta es que de verdad no me gusta.

Después de esa incómoda conversacion, Alisson fue al baño a arreglar su tan querido y costoso peinado y cuando venía de vuelta se encontró con Diego.

—Hey... Chico del skate... —saludó algo titubeante Alisson.

—Ah... Hola —contestó algo cortante Diego, después de todo sólo le hablaba por cortesía.

—¿Se puede saber cuántos años tienes?

—¿Por qué?

—Simple curiosidad.

—¿Y si... Eres una psicópata que me quiere matar? —dijo el chico bromeando, exagerando su reacción. No sabía por qué, pero algo de ella le había empezado a transmitir algo de buenas vibras.

—No, no lo soy. Te lo aseguro.

—Mm... ¿Segura?

—¡Ay, sí! —dijo entre risas.

—Bien... Tengo...

Ese chico del skate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora