El padrino

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-¡Suélteme!- Grito ella asustada intentando alejarse de él.

-¿Entonces deja de hacer preguntas estúpidas quieres?- Siguió sonriente y luego soltó su rostro para alejarse caminando lentamente. –Estoy cansando me voy a la habitación, Cuando quieras vas y te acuestas a mi lado que es tu lugar.-

Anna sabía perfectamente que necesitaba acostumbrase al estilo de vida y al carácter Engreído y calculador de Julian. Porque.. Quisiera o no lo quisiera ella tendría que estar a su lado hasta el día en el que él le pidiera que se marchara o simplemente la matara.

De algo estaba más que segura, tenía que aprender a ser fuerte y a acostumbrase a todas las nuevas cosas que le venían por delante, Pues necesitaba ser parte de todo ese mundo que la rodeaba en este momento lleno de delincuentes y tramposos e intentar mezclase con todos ellos (aunque no estaba segura de cómo hacerlo aun).

Luego de estar un rato más sentada pensando (En lo miserable que era su vida en ese momento). Decidió ir a la habitación a dormir con su "Querido Esposo".

Cuando entro en la oscuridad de la habitación, inmediatamente observo el sofá en el que había dormido la noche anterior luego de esa terrible pesadilla. Por un segundo pensó en que prefería dormir allí esa y todas las noches, a dormir a un lado del hombre que solo la tenía como una posesión más y no por amor. Pero luego pensó en los posibles problemas que tendrían al despertar julian y ver que no estaba acostada a su lado en la cama como él lo había ordenado. Así que solo se cambió en la oscuridad y luego se acostó a su lado intentando no despertarlo ni molestar.

A diferencia de todas las parejas de esposos que duermen en la misma cama con la ilusión de tener los mismos sueños y de que su piel se toque por las noches. Esta pareja paso su noche totalmente separados y sin siquiera tocarse.

Anna no durmió esa noche Pues mas era el miedo de que el este hombre despertara y quisiera hacerle daño nuevamente a sus ganas de dormir plácidamente y soñar con un mañana mejor.

"Ya para ella. Desde el momento en el que sus padres la entregaron a aquel hombre la vida no tenía ningún final feliz preparado para su felicidad".

A la mañana siguiente cuando observo que Julian aun dormía tranquilamente a su lado, Anna decidió levantarse y caminar lo más lejos posible de la habitación.

Sentía que necesitaba escapar de ese horrible lugar al que había sido arrastrada, Pero sabía perfectamente que si intentaba escapar de allí sus padres no la recibirían por miedo, y podrían matar a cualquier persona que intentase ayudarla, Asi que solo fue hasta el enorme jardín de rosas en la parte de atrás de la mansión y cuando estuvo lo suficientemente lejos de la ventana de la habitación que compartía con Casablancas y de la vista de todos los empleados se sentó a llorar por la desafortunada vida que le había tocado.

"Cuando cualquier joven de su edad quería fortuna y lujos, Ella solo quería su libertad y quizás un poco de amor.."