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Luego de que su hijo por fin cayo dormido en la cama y la mansión quedo en el total silencio de la noche, Anna se dirigió hasta el baño para darse uno de sus "Relajantes" baños de burbujas.

La diferencia entre relajarse en una bañera para Anna era totalmente notoria pues solía sentarse en la bañera por horas a beber whisky y champaña hasta estar lo suficientemente alcohólica como para que nada la pudiera levantar de la cama en la madrugada, Ni siquiera su esposo borracho y con olor a perfume de mujer en la ropa.

No tenía idea de dónde demonios estaba Julian o si llegaría esa noche temprano. Sobre llegar temprano lo dudaba enormemente pues casi siempre se iba de fiesta con sus amigos o a buscar a alguna puta para poder ejercer poder sobre ella como siempre.

Es por eso que prefería ser una maldita alcohólica durante toda la noche a tener que soportar a su maldito esposo una vez más.

3 Am.

Cuando se hicieron las 3 de la mañana estaba más que claro que julian no llegaría temprano a casa y Anna comenzó a tomar mucho más de lo que debía hacerlo para quedarse dormida.

A los guardaespaldas que cuidaban lo alrededores de la mansión les sorprendió verla correr por la sala en paños menores y recostarse en el sofá luego de tropezarse contra algunas cosas.

Los ruidos se hicieron mucho más evidentes cuando esta comenzó a gritar y a saltar sobre el sofá. Fue allí cuando las mujeres de servicio quienes dormían en sus habitaciones bajaron rápidamente para controlar la situación y aunque estaban totalmente acostumbradas a tener que ayudar a Casablancas a llegar a su habitación casi todas las noches, les sorprendió enormemente de quien se trataba esta vez.

-¿Pero qué sucede aquí?- Dijo una de las mujeres cuando observo a Anna saltando en el sofá. -Señora Casablancas baje de allí ahora mismo y deje ese escándalo, va a despertar al pequeño Julian.-

Anna hiso caso omiso a lo que la mujer le pidió y siguió saltando en el sofá con una de las copas en mano por supuesto botándose.

-¡Señora por favor!- La mujer se acercó mucho más y la tomo del brazo.

-¡Suéltame bola de Manteca!- Grito ofendida. - ¡Soy la maldita señora Casablancas No me toques!-

- Esta muy borracha..- Susurro otra de las mujeres de servicio.

-Pero señora Anna debe bajar de allí.-

-¿Dónde está mi Maldito esposo?. ¡Que venga él y me baje de aquí!-

-¿Llamo a uno de los guardias para que la lleve a su habitación?- Dijo otra de las mujeres mientras la observaba.

Antes de que alguien diera una respuesta, Anna bajo del sofá corriendo directo hacia la parte de atrás de la casa.

Los guardias de seguridad no tenían permitido acercarse a ella así que tuvieron que quedarse a observar cuando salió en paños menores y se metió en la piscina, El miedo de que se ahogara no era tanto pues nado como pudo directo hasta una zona segura pero lejos del alcance de las mujeres de servicio. La única manera de poder ayudarla era entrando a la piscina.

-¡Señorita Anna por favor salga de allí!- Gritaban las pobres mujeres asustadas de que se soltara de lo que la mantenía a flote (Una estatua con forma de sirena que la ayudaba a mantenerse estable).

-¡Soy la maldita reina!- Gritaba riendo mientras observaba a todo el personal observándola.

-¡Georg llama al señor casablancas!- Gritaba una de las mujeres al encargado del personal de seguridad.

-No estoy capacitado para eso. Sabes perfectamente que solo debo llamarlo para Emergencias.-

-¡Esta es una Emergencia!-

-Bueno, bueno lo llamare pero si se pone de los mil demonios tú tendrás que pagarme el empleo que me quitara.-

-¡No me importa solo llamalo!-

-¡Soy una maldita reina!. La maldita reina del hombre que no me ama. Mientras él está con sus malditas putas yo estoy aquí cuidando de su maldito hijo.-


El padrinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora