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Unas horas depues. Luego de salir del infierno de la hipocrecia y la falsedad, Se subio a la camioneta con la intencion de ir a buscar al pequeño julian en el jardin.


Habia planeado perfectamente su tiempo:

1- Levantarse y recordar lo horrible que era su vida por estar casada con un mostruo.

2- Dejar a su pequeño en el jardin.

3- Fingir que le agrada estar con todas esas malditas hipocritas.

4-Buscar a su hijo del jardin.

5- Llevarlo de paseo para no estar encerrados en esa casa todo el dia como siempre pretendia julian padre.

Desde que el pequeño julian llego a este mundo. Su malvado esposo bajo un poco la guardia, la dejaba salir un poco más y la cantidad de guardaespaldas había disminuido notablemente, pues como decía el "Si ella hacia alguna cosa mal. Allí estaba su hijo para contárselo cuando llegara a casa".

Luego de unos minutos dentro del auto maquillándose un poco eh intentando olvidar por un segundo lo miserable que la hacía sentir su esposo. Sonrió porque vería a su hijo y pasarían un maravilloso día solos ella y el.

Cuando llegaron al jardín de niños, el chofer abrió su puerta y ella bajo rápidamente ( y esta vez sin compañía de ningún guardaespaldas) para acercarse hasta la puerta en donde estaban algunos niños siendo retirados por sus padres.

Pensó en lo maravilloso que sería al ver a su pequeño nuevamente y abrazarlo por lo mucho que lo había extrañado durante todo el día.

-Hola buenas tardes.- Dijo sonriente a una de las maestras que estaba en la puerta.

Ella al mirarla solo se puso pálida y abrió sus ojos completamente.

-He venido por mi hijo. Él es julian.c-

-¿Julian .c?- respondió la chica ahora apretando uno de sus puños y mordiéndose un poco el labio. –El..-

-¿Que sucede?- aun la observaba sonriente. – ¿Él está bien?-

- Es que se lo llevaron hace unos 10 minutos señora Anna...-

-¿Qué?. ¿Quién?- Grito alterada.

-Un hombre vestido de negro vino por él. Dijo que usted había mandado a buscarlo.- Comenzó a temblar mientras la observaba con miedo.

Sin decir ni una palabra más Anna le dio la espalda y comenzó a correr hacia la camioneta.

-No lo sabíamos! Espere por favor!- Gritaba la maestra aun desde la puerta. Esta vez mucho más nerviosa de que el señor julian padre se enterara de lo sucedido.

Cuando llego hasta la camioneta ni siquiera dio tiempo para que el chofer le abriera la puerta. Ella misma la abrió y entro en el auto totalmente molesta.

-Ya sabes a donde me tienes que llevar.- lo observo enojada y este prácticamente corrió hacia el puesto de piloto para comenzar a conducir.

Estaba cansada de que siempre pasara esto en cualquier lugar. La primera vez que sucedió ella había llevado al pequeño julian a un parque de juegos. Y cuando se percató de que no estaba y las personas del lugar le comentaron que unos hombres vestidos de negro se lo habían llevado, Casi enloqueció pensando que alguien había secuestrado a su hijo.

Durante el camino no menciono ni una palabra. Tampoco tomo su teléfono. Solo se encargó de subir el enorme cristal que la dividía del chofer y de allí no se supo más de ella. Pues estaba tan molesta que solo se quedó observando por la ventana con los brazos cruzados casi todo el camino.

El padrinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora