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-Vaya..- Dijo el sorprendido mientras levantaba las manos, A pesar de que en su rostro se veía la gran sorpresa que se había llevado, Intentaba ocultar todo con una media sonrisa. - ¿Así que has decidido atacarme? ¿Me mataras?-

-¿Sabes? He pesado un millón de veces en hacerlo Julián.- Respondió tranquilamente sin dejar de apuntarle. –Pero ¿Vale la pena realmente terminar en la cárcel por matar a una mierda como tú?-

-La pregunta Querida es su vale la pena perder todo lo que tienes incluyendo a tu hijo, Ambos sabemos que si me sucede algo no vas a quedarte con el pequeño Julián.-

-¡Él es mío!- Grito con lágrimas en los ojos, Las manos comenzaban a temblarle.

-Es mi hijo, Es sangre de mi sangre y si llega a suceder algo él va a heredar absolutamente todo, Incluyendo mis negocios.-

-¡Él no va a ser una maldita basura como tú!-

-Ya estoy cansado de esta mierda.- Dijo entre un suspiro y luego rápidamente tomo el arma para comenzar a forcejear, Entre ambos forcejeaban desesperadamente y rogando que entre todo eso no se escapara una bala, La pistola cayó al suelo y ambos cayeron también, Ella lo rasguñaba y golpeaba sin parar mientras él le jalaba el cabello he intentaba golpearla en sus zonas más delicadas para que se debilitara ante él, Pero ella no se lo permitía por ningún motivo, Definitivamente se había aprendido todas y cada una de sus tácticas, Todos y cada uno de sus movimientos y todos y cada uno de sus golpes, Tantos años observándole le habían servido para poder esquivar absolutamente todas la maneras posibles por la que el intentara atacarle, Entre todos aquellos golpes y empujones, Ella termino sobre el sosteniendo sus manos fuertemente.

-¿Creías que no prestaba atención a todas y cada una de las cosas que me hacías Julián?- apretó mucho más sus manos. -¿Enserio creíste que con lo infeliz que era contigo solo iba al club a divertirme con las otras patéticas mujeres?-

-Ustedes las mujeres solo sirven para eso, Para un maldito Club.- Intentaba zafarse sin ningún tipo de éxito.

-Sabía perfectamente que si no aprendía la defensa personal y el manejo de armas algún día me matarías maldito.-

- Me arrepiento de no haberlo hecho cuando pude.-

Ella lo soltó y se levantó observándolo y justo cuando él se levantó para intentar golpearle o maltratarle, Ella le dio una patada en su parte más delicada, Regresándolo directamente hacia él y suelo quejándose del dolor.

Se agacho mientras le observaba quejarse, Con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Mi amor. La próxima vez que te atrevas a tocarme.. Te lo corto.- Se levantó lentamente mientras este la observaba intentando aun levantarse, Pero estaba tan privado por el dolor que ni siquiera podía seguir luchando, Ella arreglo su lencería que prácticamente ya estaba rota y camino tranquilamente fuera de la habitación, Tanta pelea le había dejado con Sed y sinceramente muy poco le importaba que sus sirvientas la vieran en esas condiciones.

El padrinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora