Capítulo 30: ¡Maldito universo!

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CAPÍTULO 30: ¡Maldito universo!

Y como si al universo no le bastara...

- Danielle Thompsom y Liam Matthews - dijo la profesora de Historia, juntándonos para hacer un trabajo que contaría como el cuarenta por ciento de la nota de este trimestre. Suspiré pesadamente y dejé que mis brazos y mi cabeza se escurrieran hasta caer sobre la mesa.

- ¿Algún problema señorita Thomsom? - dijo la mujer, con su verruga apuntándome directamente, y un pelo amenazante saliendo de ella. Yo negué, evitando que el movimiento de ese 'aún no confirmado' ser vivo me hipnotizara.

- No, claro que no.

- Bien, pues usen el resto de la clase para organizarse, el trabajo deben presentarlo como muy tarde pasado mañana, pues como la semana que viene tendréis que preparar la recaudación perderemos esas clases, aunque claro, cuantos más corrija mañana, menos me estresaré y enfadaré con los que me deis el último día - dijo, dejando claro que repartiéramos ambos días y no se lo diéramos el último, si queríamos tener buena nota.

Esta mujer era una verdadera bruja amargada.

Liam vino a sentarse en la mesa que antes ocupaba Lexi, la cual había tenido la suerte de ir con Zack, por cierto - aunque dudo mucho que invirtieran todo su tiempo en un trabajo -, y sacó un folio en blanco y un bolígrafo para hacer una lluvia de ideas.

- Sabes qué, déjalo, creo que deberíamos limitarnos ahacer cada uno su parte y juntarlo mañana para dárselo - él negó y de forma seria chasqueó sus dedos frente a mí, que comenzaba a quedarme dormida.

- No pienso jugarme la nota por esto, el trabajo tiene que estar bien si quiero continuar en el equipo, y supongo que tú quieres mantener tú promedio ¿no? Pues bien, hagas una lluvia de ideas y hagamos un plan. Por la tarde vienes a casa, lo hacemos y ya quedamos en paz.

- ¿Q-que dijiste?

- Oh vaya - dijo soltando una pequeña risa nerviosa - me refería al trabajo Dani, céntrate - bromeó, pero yo solo pude avergonzarme por haber entendido lo que él claramente no había querido decir.

En lugar de callarme, solté molesta - Tú y yo ya no somos amigos así que olvídate de esas formas.

Él puso los ojos en blanco y cambió de tema al trabajo - Creo que podríamos hacer una presentación de PowerPoint además del texto redactado, eso seguro que nos asegurará que probablemente se centre más en ese repaso y no lea tan profundamente la redacción - al ver que yo lo miraba escéptica y con una ceja levantada, me aclaró, guiñándome un ojo -. Llevo haciéndolo mucho tiempo y créeme, es la táctica perfecta.

- Bueno, vale - suspiré y le hice un gesto de desdén para que lo apuntara en el papel en blanco.

- Bien, ¿qué te parece si te pasas después del entrenamiento? Hacemos el trabajo, te invito a cenar y...

- No voy a cenar contigo - le dejé claro, viendo como él me había intentado colar un plan mucho más elaborado. Él puso cara inocente y sonrió un poco.

- Bueno lo tenía que intentar.

Yo me limité a poner los ojos en blanco, incluso cuando en mi interior sentía mi corazón golpetear de forma acelerada contra mi pecho. Entonces sonó el timbre, librándome de la terrible sensación.

***

Timbré a la puerta y esperé.

Tras un par de segundos, Liam me abrió, vestido todavía con la ropa del entrenamiento y un poco sorprendido de que hubiera llegado tan pronto, cuando volví a ver el reloj, descubrí que me había adelantado diez minutos a la hora acordada, que había visto mal.

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