Capítulo 9: Nuevas Amistades y Charlas Incómodas

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CAPÍTULO 9: Nuevas Amistades y Charlas Incómodas

Finalmente el día había llegado.

Era la hora de volver a clase tras tres meses de sol, playa y vacaciones - no olvidemos a los chicos guapos en bañador - para ponerse las pilas y superar mi primer año de bachiller. Así que, tras escoger unos vaqueros rotos y un crop top negro de tiras cruzadas, lo que acompañé con una chaqueta de lana holgada y unas sandalias planas, bajé a desayunar, procurando no despertar a mi padre que todavía dormía, tras llegar tarde de una reunión.

- Buenos días Elle - dijo mamá dándome un beso en la frente y sirviéndome unos panqueques recién hechos con mermelada de fresa por encima. La boca se me hizo agua.

En serio la tuve que cerrar pues empezaba a babear sobre los deliciosos panqueques.

- Lo mismo digo mami - dije mordiendo mi panqueque, que sabía a gloria. Entonces ella me tendió una taza de Cola Cao, a lo que yo le sonreí, pues no me gustaba el café.

Ella se sentó en su lugar habitual, mientras leía el periódico de la mañana y bebía su café matutino, entonces pareció acordarse de algo y dijo - Oh, Dani, recuerda que hoy tienes que venir a ayudarme en la pastelería, cada vez está más llena y he contratado a alguien nuevo, así le podrías explicar todo.

- Claro - asentí, mi madre trabajaba muy duro para hacer sus sueños realidad y ahora su pastelería estaba ganando mucha fama, por lo que necesitaba más gente que le ayudara con el trabajo. Yo por mi parte, intentaba ayudarla con todo lo que podía.

- Vaya - dijo entonces sorprendida - ya son las ocho y media, tendrás que correr si no quieres llegar tarde, yo también lo haré si no me apuro.

Miré la hora y efectivamente eran ya las ocho y media, por lo que el bus estaba a punto de pasar y yo seguro que lo perdería, así que apuré a coger mi mochila y salir por la puerta, pero antes de que pudiera cerrarla mi madre me miró con ternura y dijo - Te quiero, cuídate.

- Yo también mami.

Me agoté corriendo, pero alcancé el bus a tiempo y llegué puntual al instituto, justo cinco minutos adelantada, en los que fui hacia la puerta del gimnasio, donde ya comenzaban a juntarse los estudiantes, en grupos por cursos.

Busqué con la mirada a Ally, pue sabía que, como siempre, Grace llegaría tarde, pero no la encontraba entre la multitud de gente a mi alrededor, así que me colé entre los huecos hasta dar con un pequeño grupo compuesto por Ally, Chase y Peeter. Estuvimos hablando un rato hasta que llegó Blake, que pasó su brazo por mi hombro y me revolvió el pelo, el cual me había peinado cuidadosamente, creando unas ondas imperfectas bastante marcadas en las puntas.

Tras media hora, llamaron al curso anterior al nuestro, cuarto de la eso, y llegó Grace, con el pelo alborotado y la camisa mal abrochada bajo el chaleco de pedrería que llevaba.

- ¿Otra vez atasco? - la vaciló Ally.

- No - sonrió con cara de sobada - sólo me quedé dormida.

***

Tras la típica charla del comienzo de año, la importancia de las notas que sacáramos pues afectarían a nuestro futuro y una charla sobre los bailes y el viaje de fin de curso, nos entregaron los horarios individuales y nos presentaron a nuestros tutores, que nos guiaron a clase.

Por desgracia, este año solo me había tocado las clases de ciencias con Grace y Chase, además de pintura con Ally, mientras que Blake y Peeter estaban en mi clase pero no en mis optativas. Vaya basura. Casi tanto como que nuestra tutora fuera la señora Fairfax, la vieja irritable que da Historia.

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