Epílogo

103 7 4
                                    

EPÍLOGO:

El mundo es extraño, algo difícil de comprender cuando eres joven.

Muchas veces nos sentimos confusos y no sabemos cómo actuar, nos volcamos en nosotros mismos y somos incapaces de pensar con claridad acerca de lo que realmente queremos. Estamos en proceso de descubrirnos a nosotros mismos y saber quiénes somos, de comenzar a tomar nuestras propias decisiones y modificar nuestro destino para que nos lleve a donde debemos estar.

Somos inseguros, inmaduros y escépticos. Pero al fin y al cabo somos adolescentes y tenemos que superar nuestras propias barreras, derribarlas y seguir avanzando. Cerrar viejas puertas definitivamente y abrir otras a lo que está por venir. Olvidar nuestro miedo por el futuro y olvidar todos los daños del pasado, pues, al final, lo único que importa es el presente.

Pero a pesar de todo, no puedo negar que realmente temo al amor.

Cuándo conocí a Liam, tuve que aprender a convivir con él y su personalidad, a soportarlo y entenderlo. Fue un proceso duro y largo hasta comprender que él realmente me gustaba mucho y que probablemente estaba enamorada de él. Pero eso no hacía las cosas sencillas en absoluto.

Él me había confesado que se sentía exactamente igual respecto a mí, pero después de haber ido juntos al baile de graduación, nos habíamos mantenido como amigos. No quería apresurarme con él, por una vez, decidí hacer las cosas bien desde el principio y no apresurarme. Me habían herido mucho durante el último año y no había sido la persona más acertada a la hora de escoger quién me atraía, claro que eso tampoco había sido nunca una elección. Pero ahora por fin me había dado cuenta de una cosa importante.

Liam realmente me gustaba. Todo de él, no solo su físico. Me gustaba su forma de sonreír y su forma de mirarme, como si fuera a la única persona a la que pudiera mirar. Cada vez que me abrazaba mi corazón palpitaba acelerado. Ni siquiera necesitábamos besarnos, podíamos pasar horas mirándonos, tomados de la manos, simplemente disfrutando de la presencia del otro. Parecíamos formar uno.

Pero lo único que sabía era que ahora mismo, mi corazón le pertenecía. Que Liam me gustaba ahora y que, por tanto, no sabría si mis sentimientos perdurarían por él. Tal vez mañana me levantaría y mis sentimientos por él se hubieran esfumado, sí, pero tal vez podía gustarme más también. Así que me descubrí aprovechando al máximo mi tiempo con él, viviendo al límite cada día durante el viaje a Italia y el verano.

Él fue mi verdadero primer novio - por lo menos que realmente me correspondiera -, pero también el primero en otras muchas cosas. Él me enseñó muchas cosas y me descubrió una nueva versión de sí mismo. Me mejoró y continuó protegiéndome como siempre lo había hecho.

Mis amigos tampoco se distanciaron de mí. Recuperé a mis dos mejores amigos, Blake y Jackson, pero también conocí nuevas personas que lograron ganarse su propio hueco en mi corazón como Lexi, May, Juliette, Zack, Ian o Evan. Y otras que siempre estuvieron ahí para mí y para cuidarme, los de siempre: Grace, Ally, Chase y Peeter.

Pero ahora llegaba el momento de comenzar un nuevo curso y el último. Si las cosas se habían vuelto locas en este, el último se mantendría probablemente igual. Habría muchos baches y obstáculos que superar, pero ahora que había encontrado una nueva segunda familia, supe que no tendría problemas para superarlos siempre que estuvieran junto a mí.

Si el año pasado me hubieran dicho que mi vida cambiaría tanto a causa de un deseo, probablemente me hubiera reído en su cara, pero ahora, no podía parar de pensar en los cambios asumidos. Y en que, si tuviera de nuevo la oportunidad de pedir un deseo que se me concediera, no tendría apenas que pensar.

Pediría mantener mi vida tal y como es ahora, con las personas más fuertes y que más aprecio junto a mí, contra el mundo. Afrontando los problemas y cambios que nos pudieran enfrentar. Porque, al fin y al cabo, ¿qué mejor deseo que continuar siendo feliz?

Make A WishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora