Capítulo 20

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―No, pero a mi padre si lo conociste―dijo Armand mirando a Jack con mucha maldad.

―¿Quién era tu padre?―preguntó Jack.

―Davy Jones.

―Pero Davy Jones nunca tuvo hijos, además, nunca le llegué a pagar mi deuda de cien años al servicio de su maléfica y tenebrosa nave.

―Si tuvo un hijo, con la diosa del mar Calipso, el producto de su amor, fui yo.

―¿Calipso? ¿Hablas en serio?―dijo Jack demasiado extrañado.

―Sí, exacto, tú la conocías como Tía Dalma, a mí me tuvieron en secreto, cuando cumplí cuatro años de edad quedé huérfano de madre y padre.

―Lo lamento, pero asesiné a tu padre por una buena causa.

Hubo un pequeño momento de silencio, casi no duró mucho, pero en ese pequeño rato, Armand se le quedó viendo a Jack con una maldad más pura que el agua de manantial.

―¿Cómo te llamas?―le pregunta Jack a Armand tratando de romper el silencio.

―Armand Jones―le respondió Armand.

―Ya sé de donde viene que seas su hijo.

―¿A qué te refieres?

―Del apellido.

―¿Por qué dices eso?

―Porque de esa manera supe que tengo una hija, el segundo amor de mi vida, pero no le digas a nadie que la quiero.

―Está bien, no diré nada, pero me parece algo interesante.

―Aquí están sus bebidas―dijo regresando el tabernero a donde estaban Jack y Armand.

―Gracias, pero me tengo que retirar Armand, mi familia me está esperando―dijo Jack tomando las botellas de ron que había encargado.

―No te preocupes, no pasa nada―dijo Armand volviendo a reflejar en su cara su verdadera maldad, se acariciaba su puño derecho.

Jack fue directamente a sentarse en su mesa con Angélica y Jackie, respartió las botellas de ron entre su familia y empezaron a beber. Armand seguía con su mirada malvada fija sobre Jack.

―Preocúpate por tu muerte en estos momentos Sparrow, en lugar de preocuparte por tu familia, a ellos no les haré daño―dijo Armand para sus adentros.


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Piratas del Caribe: El regreso del Holandés ErranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora