Capítulo 39

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Mientras el Perla Negra avanzaba rápido hacia el océano de la Isla Cruces, el Holandés Errante iba demasiado lento. Armand no quería ir rápido por alguna extraña razón.

―Plieguen velas, nos quedaremos aquí hoy, parece que habrá una tormenta―dijo Armand.

―Pero capitán, no podemos parar, ¿no se ha puesto a pensar que el Perla Negra puede estarnos siguiendo?―dijo el contramaestre.

―Si nos está persiguiendo, que mejor nos alcance, para así, yo poder morir.

―Eso no lo puedo permitir.

Antes de que el contramaestre gritara la orden de plegar velas, Armand tomó un látigo que había cerca y le dio un azote demasiado fuerte para que no dijera nada.

―¿Ibas a decir algo?―preguntó Armand en tono burlón.

―No capitán―respondió el contramaestre.

―Me parece excelente, porque a la próxima que te atrevas a cuestionarme, morirás.

―Sí capitán.

―Espero morir, pero no me gustaría que me matara Jackie, sería doloroso, más de lo normal.

―Usted traicionó su confianza, por eso ella hace lo que quiera que esté haciendo, pero lo más probable es que lo esté persiguiendo.

―Creo que es bueno quedarnos aquí―dijo Armand agachando la mirada.


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Piratas del Caribe: El regreso del Holandés ErranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora