Capítulo 5

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MARATON 2/3


Me levanto por un horrible sonido. Esto me lo habían avisado mis padres, a una cierta hora de la mañana sonaba una alarma para despertar a toda la escuela, para no llegar tarde a clase. Miro mi despertador. Las 7 de la mañana.... ¿QUÉ? Me siento en mi cama, apoyo mi cabeza con mis manos, todo me da vuelta. Me suele pasar cuando me levanto muy rápido, de pronto empiezo a tener calor, frio, calor, frio; se me pone la piel de gallina, empiezo a sudar exageradamente y noto que ardo, no sé porque pero unas lágrimas salen de mis ojos. Pongo mi mano en mi frente, estoy ardiendo. Me levanto corriendo de la cama, me tengo que apoyar en la pared o si no me estampo contra el suelo, cierro los ojos.

Cuando todo está bien, empiezo a andar lentamente hacia mi cuarto de baño. Me miro en el espejo. ¿Esa soy yo? Estoy blanca, ok yo no suelo ser muy morena, pero joder... parece que soy leche. Mis ojos están brillosos y mis labios están rojos. Abro el grifo y el sonido del agua cayendo retumba en mis oídos, junto mis manos, las lleno de agua y me la hecho a la cara, así unas cuantas veces más. Agarro la toalla que hay al lado y me limpio la cara... Me vuelvo a mirar en el espejo, sigo igual. Me voy a la cama y me siento.

Suspiro, ahora empieza a haber un murmullo odioso en el pasillo, ya se han levantado casi todo el mundo. Me empieza a doler más y más la cabeza, me tumbo en mi cama y me tapo con la sabana entera. Abro los ojos, me había dormido lo bueno es que ahora hay menos murmullos. Bien... Me quito la sabana y cojo mis gafas y un papel de la mesita de noche, me pongo las gafas y miro el papel... mi primera clase es a las 8 y medía y son las... 8 y cuarto. Dios... ¿tanto había dormido de nuevo? Me pongo de pie de nuevo, esta vez más despacio.

Me dirijo a mi armario y me pongo lo primero que pillo: jean, camiseta y mis convers. Me hago una coleta alta y cojo mi llave de la habitación, mi móvil y un plano de la escuela. Sin pensarlo me voy a la enfermería.

~~Minutos después~~

- A ver, abre la boca y di a.- me dice una de las enfermeras podía tener los 30 y muchos.

- AAAAAAAAA- digo abriendo la boca.

- Muy bien. ¿Qué comiste ayer?

Me pongo a pensar...

- ¿Ayer? Pues... Entre las prisas y los nervios y todo... creo que un yogurth y una barrita de regalí rojo que me dio mi hermana- se me escapa una risa tonta.

- ¿Tienes hambre?

- No, la verdad es que no me apetece nada. Nada más que pienso en comida me entran ganas de....- me tapo la boca con la mano, me bajo de la camilla y voy directa al baño.

Creo que estoy echando hasta mi primera papilla. Me levanto cuando creo que las náuseas se han ido, me lavo la boca y salgo del baño.

- Lo siento...

- No tienes de que disculparte, es normal. Siéntate que estas más blanca- me dice señalando una silla

Me siento en la silla que me ha levantado, ya me empezaban a fallar las piernas y me veía en el suelo.

- ¿Qué me pasa?

- Pues mira: no has comido, ayer hizo mucho calor, no has parado, los nervios y todo. Creo que necesitas un poco de descanso.

- ¿Hasta cuándo?

- Hoy no salgas de la cama y mañana ya verás.

- Pero faltare a las clases.

- Tranquila en esta semana no se hace gran cosa, se dan charlas, se conocen a los profesores y a los alumnos.

- Bueno, muchas gracias.

- De nada y ya sabes descansa... Espera un segundo ahí sentada que voy a traerte unas pastillas.

La mujer se va y yo pongo la cabeza entre las piernas para que se me vaya el mareo. A eso escucho que se abre la puerta, yo estaba en un cuarto y desde aquí no se veía la puerta, pero si puedo oír.

- ¿Qué te pasa?- reconozco la voz de la recepcionista.

- Me encuentro mal...- es la voz de un chico.

- Un segundo que viene la enfermera.

Yo sigo a lo mío intentando que se me fuera el mareo, pero tengo que asumir que soy cotilla, sigo escuchando.

- ¿Tú?- dice la enfermera.

- No me jodas... ¿Te han cambiado de escuela? ¿Ahora estas en esta?

- Si, me han cambiado ya que la que había aquí la han despedido. Y tú ¿qué haces en esta escuela?

- Pues que allí ya no me aguantaban- se rio- y me han mandado aquí.

- Y ¿qué te pasa?

- Me encuentro mal.

- Ay dios, ¿también vas a empezar así aquí? Ya no me lo creo, espera un segundo que le doy esto a una chica y hablamos seriamente.

En eso se oyen unos pasos hasta donde yo estaba.

- ¿Estás bien?- dice al ver que tenía la cabeza entre las piernas.

- Si, solo un poco mareada- levanto la cabeza- Pero estoy mejor- me levanto un poco torpe.

- Así no puedes ir a tu habitación... espera un segundo que te van a ayudar. ¡YAYO, VEN!

Mundos Opuestos (YayoGutierrez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora