Capítulo 6

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MARATON 3/3


Se oyen unos pasos y un chico se asoma por el marco de la puerta.

- ¿Qué quieres?- oí la voz de un chico.

- ¿Empezamos con las confianzas?- dijo la enfermera.

El chico se ríe... Esa risa, oh, no. Los recuerdos de la noche vienen a mi cabeza, me señalan, se ríen... son 3 chicos. Yo en mi cama recordando que estoy sola, que mis padres me han abandonado por unos rumores. La habitación da vueltas, mi visión se nubla y la conversación que están teniendo el chico y la enfermera se mezcla, ahora solo escucho un murmullo muy lejos. Cierro los ojos, mis piernas tiemblan y caigo al suelo.

~~Unos minutos después~~

Abro los ojos lentamente, no siento el suelo... es como si estuviera flotando en el aire. Giro mi cabeza y me topo con un pecho, ahora noto un brazo en mis piernas y otro en mi cuello un poco más abajo. Me estaban cogiendo... Suelto un gemido, me duele la cabeza mucho. Abro completamente los ojos y noto la visión borrosa... no llevo las gafas, pero como no veo excesivamente mal miro a quien me lleva y es él.

- ¿Estás bien?- me pregunta.

- S....sí. Ya me puedes bajar.

- Ok.

Me pone suavemente en el suelo, ahora pensándolo mejor me hubiera gustado seguir en sus brazos,estaba cómoda. Al ponerme en el suelo, mis pies no reaccionan y casi me caigo si no fuera por sus brazos que ahora me rodean la cintura.

- - se ríe- Mejor te llevo.

Él era el que estaba en la enfermería, el mismo que se rio de mi con sus amigos, la enfermera lo llamo con el nombre de... No me acuerdo y no quiero forzar mi mente, me duele la cabeza.

- Déjalo... yo puedo- insisto.

Me separo de él y me apoyo en la pared, avanzó lentamente, sin dejar de apoyarme en la pared.

- ¿Me puedes dar las gafas?

Él no se había ido, estaba a mi lado mirándome como hacía el ridículo.

- Claro- se quita mis gafas de la cabeza y me las da.

- Gracias- las cojo y me las pongo, ahora veo bien.

Sigo andando apoyada en la pared, algunas personas pasan y se ríen de mí, parece que ya es costumbre. Él no se ha ido de mi lado.

- ¿Vas a dejar de hacer el tonto?- me pregunta.

- No hago el tonto.

Ahora había un pasillo, pero no es el mío, ¿ahora como avanzo si no hay pared? Miro a la izquierda y a la derecha, él vuelve a reírse... ¿no se puede callar? Se acerca a mí y pone su brazo en mi cintura y me aparta de la pared.

- Déjame ¡no me toques!- intento moverme pero él me agarra más fuerte.

Me pega a él, mi corazón se paró y sentí cosquillas en el estómago, estaba muy cerca de su cuerpo, me abruma su aroma.

- Las chicas no suelen ponerse así cuando las cojo de la cintura.

-Yo no soy la típica chica. No sabes quién soy ¿no?- pregunte mirando al suelo y avanzando lentamente, él seguía sin quitar su mano de mi cintura.

- Eh... ¿te conozco?

- Ayer... fiesta, tú y tus amigos... se rieron de mí.

- ¡Ah! ¿Eras tú esa que parecía que estaba por su casa?

Me sentí realmente ofendida. Di un golpe con mi codo en su pecho y empecé a correr hasta mi habitación. Cuando llegue me pare en la pared, me faltaba el aire... no sé cómo había corrió si no podía ni con mi alma. Mi respiración se empezó a agitar y agache mi cabeza, las rodillas me temblaron y me caí al suelo temblando. Pude escuchar unos pasos corriendo, alguien se agacho y me toco el brazo.

- ¿Estás bien?- era él.

Negué con la cabeza lentamente.

- ¿Dónde tienes la llave de la habitación?

-E...en mi...bolsill...bolsillo- dije sin aliento.

- No te voy a meter mano ¡eh!

Solté una risa leve, él me movió en el suelo y metió su mano en mi bolsillo. Sentí un cosquilleo cuando su mano se metió en mi bolsillo... Saco la llave y abrió la puerta, se metió la llave en el bolsillo y me cogió como una princesa. Entra y me suelta en la cama. Me llevo la mano a la cabeza. Deja mi llave en la mesita.

- Ya te puedes ir- dije.

- No hacía falta que me lo dijeras, ya me iba.

- ¿Cómo te llamabas?- digo cuando se iba a ir.

- Eduardo. Pero todo el mundo me dice Yayo. ¿Por?

- Porque que eres un pendejo y quería saber cómo llamarte.

- Infantil- dijo con una sonrisa...tierna.

- Vete de mi cuarto.

Fue hacia la puerta y se giró, me miro.

- ¿Y tú cómo te llamas?- me preguntó.

- ___... ¿Por?- aunque luego me arrepentí de preguntar eso, a ver que me decía ahora.

- Por saber cómo se llama la chica que es la excepción.

- ¿Excepción? –pregunte

- Si, cuando te cogí de la cintura te querías apartar eso no suele pasar, eres la excepción.

Y se fue y yo me tumbe mejor en la cama. Me dolía la cabeza mucho así que me dormí pensando en lo que me había dicho, yo era la excepción.

~~Cuando me desperté~~

PUM PUM PUM . Alguien pegaba en la puerta.

- ¿Si?

- Por fin. Soy Wendy ¿puedo pasar?

- ¡Claro!

Me peine mi melena castaña y me puse las gafas.

- Vaya primer día... ¿eh? –se rio y entro en la habitación con una bandeja de comida.

- ¿Comida?

- Tienes que comer, es poca cosa: un filete de pollo a la plancha y arroz.

- Bueno- me senté en la cama y ella puso la bandeja en mis piernas.

- No me voy a ir hasta que te lo comas todo- sonrió, cogió la silla del estudio y se puso delante de mí.

- - empecé a comer- ¿Que hicieron hoy?

- Pues nada, nos presentaron a los profesores y a los alumnos. Poca cosa.

Le cogí mucha confianza a Wen, era buena chica... hoy llevaba unos pantalones rosas y una camiseta con una estrella rosa y lo demás negro y unas botas de militar negras. En verdad la ropa no le pegaba con lo tímida que parece.

Empecé a comer... cuando pegaron en la puerta.

- ¿Puedes abrir tú?- digo con la boca llena de comida

Ella no me responde directamente abre la puerta. Por un momento pensé que podía ser Yayo, que vino a pedirme perdón, pero por lo poco que lo conozco sé que no va a venir. Todas mis dudas se fueron cuando un chico se asomó por la puerta. Trague en seco y levante mi mano

- Hola Nathan- grite desde la cama.


Besos donde no les da la luz *u*

Mundos Opuestos (YayoGutierrez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora