Capitulo 19

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MARATON 1/2


Una canción conocida me despertó, busque el móvil con los ojos cerrados, estaba en la mesita, lo cojo y pulso en el.

- ¿Si?- dijo con una voz ronca de recién despertada.

- ¿___?- dijo un chico.

- Si ¿Quién eres?- pregunte.

- Soy Nathan.

Me froto los ojos y me siento un poco en la cama.

- ¿Qué quieres?- cuando me levantan tengo muy mal humor.

- Estaba asustado, como no volviste pensé que te había pasado ¿Dónde estás?

- En un motel, estaba con... mis amigas y empezó a llover, entre todas cogimos dinero y cogimos una habitación.

- Ah, vale, lo siento por haberte despertado.

- No pasa nada, cuando llegue hablamos

- Vale, adiós ____, besos.

- Chao, besos.

Él colgó y deje el móvil de nuevo en la mesita, me volví a tumbar en la cama. Empecé a despertarme y a recordarme de todo. Mire a mi alrededor, estaba en el motel, en la cama. Levante un poco la sabana y me mire, estaba desnuda, no lo había soñado, ya no soy virgen. Mire a mi lado, ahí estaba él, dándome la espalda. Los recuerdos de ayer vinieron a mi cabeza, sus besos, sus caricias... Fue perfecto, pero no sé porque algo en mi cabeza me atormentaba, ¿estuvo bien? Lo hice, lo hice por primera vez. Su espalda era perfecta, con mi dedo índice le hice círculos en su espalda. No me esperaba su reacción, la espalda de Yayo se movió y se alejó de mí, estaba despierto.

- Buenos días- dije en un susurro, tenía las mejillas rojas por la noche que habíamos pasado.

- ¿Con tus amigas?- oí su voz.

Me había escuchado, oh, Dios.

- ¿Quién te ha llamado?- me pregunto.

- Eh... Mi padre- fue lo primero que se me ocurrió.

¿Por qué no le dije que había sido Nathan? No lo sé.

- "Cuando llegue hablamos" ¿Eso le vas a decir a tu padre?- me dice con una voz seria, se me pone la piel de gallina.

- Cuando llegue allí lo llamaría.

- No te creo- me dice- ¿Quién era?

- ¿Por qué te tengo que contar con quien hablo?

Y Yayo no me responde, me levanto corriendo de la cama y entro en el cuarto de baño. Cierro la puerta, se me olvida poner el pestillo, pero es que no aguantaba más, las lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas. Cojo un albornoz que había, tapo mi cuerpo desnudo. Me miro en el espejo, me noto cambiada, algo ha cambiado, ya no soy virgen. Mis mejillas están rojas por el llanto. Me empiezan a doler las piernas y la entrepierna. Me apoyo en la pared y me deslizo hasta el suelo.

No tenía que haber pasado, no, con él no, estoy harta de su forma de hablarme, el llanto aumenta. Me agarro las piernas y escondo la cabeza. Tendría que haberlo pensado dos veces, no haberme dejado llevar por el momento. Soy estúpida. Echo la cabeza para atrás dándome con la pared y grito, ojala existiera una máquina para volver al pasado. La noche fue preciosa, pero no pensé en las consecuencias. Me deje llevar, fui demasiado fácil, con un par de besos ya me tenía comiendo de su mano. Abro los ojos cuando oigo que pegan en la puerta.

- ¿____?- oigo a Yayo.

Y las lágrimas siguen bajando, muerdo el albornoz para que no se me oiga, no quiero verlo.

- Voy a pasar- me avisa.

MIERDA, se me olvido poner el pestillo, me iba a levantar para ponerlo pero tarde, Yayo abre la puerta y me ve destrozada en el suelo. Me mira sin decir nada, está justo enfrente de mí, ya se ha puesto su ropa que se estaba secando, fui una más que cayó en sus redes.

- ¿Estás bien?- Yayo se arrodilla delante mía.

Levanto la cabeza y lo miro a los ojos, él me mira y ve que mis ojos están rojos. Me iba a acariciar la cara pero se lo impido. La rabia se apodera de mí, hago de mis manos unos puños y empiezo a pegarle en el pecho con la poca fuerza que tengo. Yayo no se lo esperaba, tambalea y cae al suelo de espalda, yo caigo encima de él. No me puedo levantar, sigo llorando en su pecho.

- ¿Qué te pasa?- me acaricia el pelo.

- Eres un idiota- con mis manos agarro su camisa y me pego a él.

- Yo no te obligue a nada- dijo.

No puedo aguantar y empiezo a llorar más fuerte, Yayo oye los pequeños gemidos que expulso por culpa del mal rato que me estoy pegando, me abraza y me pega a él, me besa la cabeza. Aspiro su aroma, cierro los ojos me dejo llevar por los recuerdos de la noche.

- Yo... Lo... Lo siento ____, no sabía que te pondrías así. No lo hubiera hecho.

- Tú no has hecho nada, yo fui la idiota que se dejó llevar.

Me empecé a poner mejor y me quite de encima de él.

- Yo si hice, yo te bese, yo te provoqué.

Me levanto y voy hacia el balcón, ya no llueve el sol está arriba, cojo mi ropa, Yayo ya ha salido del baño, está mirándome. Cruzo delante de él y me meto en el baño de nuevo, esta vez cierro con pestillo. La ropa esta algo húmeda, pero es lo único que tengo. Oigo unos golpes en la puerta.

- Abre un segundo, se te ha olvidado una cosa- dice Yayo.

Abro un poco y veo como la mano de Yayo sujeta mi braga, me pongo roja y la cojo.

- Gracias.

- De nada- Yayo se ríe.

Cierro la puerta de nuevo, me visto. Me cuesta cerrar un poco las piernas, no sabía que se pasara tan mal cuando lo haces por primera vez, me estaré comiendo la cabeza y todo lo que quieras, pero me gusto, esa es la cosa, que me arrepentiré todo lo que yo quiera, pero me gusto... Me encanto, fascine. Salgo del cuarto de baño, Yayo estaba apoyado en la puerta de la habitación, mirando al suelo, voy hacía donde están mis gafas, las cojo. Cuando me oye, me mira y sonríe. Paso por delante de él y baja hasta la recepción, Yayo le devuelve la llave a la de recepción y salimos. ¿Ahora dónde está la moto? Yayo empieza a mirar.

- La moto estaba cerca- me dice Yayo señalándome la moto.

Miro hacia donde estaba señalando, estaba cerca. Él empezó a caminar y yo lo seguí. Se subí en la moto y yo me monte detrás de él, esta vez me salió mejor. Y justo antes de arrancar Yayo me pregunta una cosa.

- ¿Pero te gusto?- me pregunta sin mirarme.

Me pongo roja, recuerdo los besos, los gemidos...

- Si- digo en un leve susurro pero que él ha escuchado.

Arranca la moto y nos alejamos. Jamás olvidare este día, este lugar... Jamás.

- Agárrate- oigo a Yayo.

Y me agarro, como cuando veníamos hacia aquí, yo no sabía que en un día pasarían tantas cosas.


Mundos Opuestos (YayoGutierrez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora