I'm not a princess.

7. Charlie Charlie are you here

Se terminaron las clases y ahora me encontraba caminando hacia la sala de detención, que por mala suerte y buena a la vez, me tocó con Rafa.

Entré al salón y vi a Rafa con unos chicos, caminé hasta el final y me senté.

En ese momento Rafa venía caminando con un par de lápices y una hoja de papel, se sentó frente a mi y escribió en la hoja Yes / No
No / Yes.

—¿Qué haces? —le pregunté.

—Voy a jugar a Charlie Charlie —rodé los ojos y dije:

—Eso no existe.

—Claro que existe, se trata de un demonio que se llama Charlie, tú eres un demonio y te llamas Charlie así que tú moverás mis lápices —Es tan arrogante.

—El profesor te regañará —dije y el rió.

—No, 1...2...3 —chasqueó sus dedos y el profesor se durmió—. ¿Lo ves?

—¿Y que, ahora hiciste tu bitipibatipi bo? Aparte de arrogante, eres un "mago" —dije haciendo las comillas con mis dedos.

—No, de hecho ya se estaba quedando dormido desde antes —dijo sonriendo—. Ytú aparte de ser un demonio eres infantil —rió—. Ahora voy a seguir jugando.

Solo tengo una palabra que decir: Mierda.

—Eso no sirve excepto si alguien sopla.

—Buena idea —dijo—. ¿Charlie Charlie Are You Here?—sopló los lápices hasta Yes—. Lo ves, dice la verdad aquí está el demonio —dijo señalándome.

—Idiota.

—¿Charlie Charlie, estás aquí para torturarme? —preguntó soplando de nuevo hasta Yes—. Ves tiene razón, estarás aquí para torturarme todos los días.

—Para con eso.

—¿Charlie Charlie me amas? —dijo soplando nuevamente hasta Yes—. Uy, me amas Charlotte.

—Muérete Rafael —dije—. ¿Charlie Charlie, Rafael es un pendejo? —pregunté y moví el lápiz hasta Yes—. Tienes razón, Charlie dice la verdad.

—No me moriré si no te mueres tú primero —rió y volvió a preguntar otra tontería—. Charlie Charlie ¿quisieras besarme? —antes de que pueda ponerlo de nuevo en Yes, yo lo puse en No.

—Boom —dije sonriendo.

Me miró con mala cara.

—Ya no tiene sentido seguir jugando, ya lo arruinaste Charlie —dijo él.

—¿Qué? ¿Pero yo qué hice?

—Arruinaste el juego, pusiste tus manos en los lápices, ahora están infectados

—¿Qué clase de idiota eres? —pregunté casi gritando y me senté.

Rafael me estaba ignorando.

—Rafael —lo miré y el no dijo absolutamente nada.

—¡RAFAEL!

—¿Cuál es tu problema? —le dije molesta.

—¿Cuál es tu problema? —respondió haciendo una mala imitación de mí.

—Basta, hablo en serio —le dije.

—Nah, mejor olvídalo Charlie —dijo el pendejo más guapo del mundo.

—¿Qué lo olvide? ¿Cómo quieres que lo olvide?

—¿Sabes qué? Mejor te perdono Charlie, ya estamos bien.

—¿Qué? Pero si nunca estuvimos mal.

—Pues yo sí contigo —dijo el idiota.

—¿Por qué? ¿Yo qué hice? —dije mirándolo.

—Infectaste mis lápices.

—Y miren quién es el infantil ahora.

Y así nos pelemos toda la hora de detención hasta que terminó y salí del salón.