25. Ridículo

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El día viernes por la tarde, Ally, los chicos y yo nos quedaríamos en el partido de Basketball de la preparatoria contra el Instituto RedLions, mejor conocidos como los Niños Ricos Antipáticos.

Cuando llegamos nos acomodamos en los graderíos para poder ver el partido.

Empezó el partido y como siempre íbamos perdiendo.

Rafa se puso de pie y gritó a los cuatro vientos.

—CONMIGO ESTUVIÉSEMOS GANANDO, IDIOTAS—
Y Blake se levantó y gritó:

—CON NOSOTROS, PENDEJO— y le dio un zape a Rafa, lo que nos hizo reír.

Luego el tipo que había insultado a Ally la última vez metió un aro, se besó los dos dedos y luego señaló a Ally.

—Esto es para ti preciosa— rió y le guiñó un ojo.

Ally lo miró con asco y enseguida dijo:

—¿Quién carajos es ese tipo?—

—¿No es al que le jugamos la broma la última vez?— dije.

—Exactamente, se llama Isaac Helders— dijo Blake y sonrío —Nombre sexy—

—Dudo que te gusten las chicas, hermano— dijo Dan burlón.

Seguimos viendo el partido hasta que acabó y prácticamente todos los aros que metió Isaac se los dedicó a Ally.

Luego Isaac vino corriendo hacia nosotros y se acercó a Ally.

—¿Te gustó el partido lindura?— le dijo y le guiñó el ojo.

¿Qué tenía este tipo con guiñar el ojo?

—No, por qué en primera perdimos y por qué un bastardo cara de mierda me pasó acosando todo el partido— dijo Ally aburrida.

—Uy que Fiera— dijo y se acercó más a ella hasta el punto que pudieron besarse pero no lo hicieron por qué Ally le pegó una patada en donde... Ya saben.

Él se fue adolorido y pudimos irnos, estuvimos un rato en silencio caminando hasta el estacionamiento hasta que Blake rompió el silencio.

—Isaac no tiene cara de mierda, es atractivo— dijo Blake y volteamos a verlo.

—¿Seguro que te gustan las chicas?— preguntó Rafa y todos reímos.

Ally, Blake y Dan fueron a no sé donde y supongo que Rafa también, así que empecé a caminar para ir a tomar el autobús.

—No me dijiste gracias— dijo una voz tras de mí, me volteé.

—¿Por qué debería agradecerte?— le respondí.

—Por ayudarte ayer— respondió Rafael como si fuera lo más obvio.

—En primera ya los agradecí ¿Por qué tendría que hacerlo de nuevo?—

—Pues por qué soy especial— dijo como si fuera algo obvio otra vez, puse los ojos en blanco y me volteé para seguir caminando.

—¡Charlotte! Mis agradecimientos—

—Déjame en paz— dije y volvió a decir.

I'm not a princess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora