I'm not a princess.

2. La cena

Dejé al lado mi libro solo por verlo a él.

Clavé mi mirada en sus ojos, y él me miró un poco incómodo y con desagrado, en ese momento no sé como me veía para que me mirara así.

Regresé a la realidad cuando mi teléfono sonó, y claro era mi papá.

*llamada telefónica*

—Charlotte ¿En dónde te metiste? —preguntó mi papá.

—Estoy en el parque, sólo salí un momento a leer.

—Si no te diste cuenta, ya es de noche, tenemos que estar en la cena en diez minutos.

Mierda.

—Lo olvidé por completo.

—Nath te traerá, yo ya estoy aquí así que te veo a lo que lleguen.

—Okey... —dije y colgué.

*Fin de la llamada telefónica*

Salí corriendo a mi casa y me encontré con Amanda vestida como la zorra que es, tenía un vestido rosado eléctrico horrible y unos tacones de medio metro y Nath que estaba junto a ella con un traje negro.

—¿Dónde estabas? Estamos retrasados, hay que irnos —dijo Nath.

Salimos, nos subimos en el auto de Nath, y emprendimos el viaje hacia el restaurante.

(...)

Cuando llegamos, Amanda bajó apresurada y empezó a retocarse el maquillaje.

—Deberías maquillarte ¿no? —mencionó Amanda dirigiéndose a mi.

—¿Para parecer un payaso mal pintado? No gracias —respondí sonriendo.

Ella sólo rodó los ojos.

Entré y me di cuenta que la "cena" era elegante, pero al diablo, estoy bien así.

Nos dirigimos a la mesa donde se encontraba mi papá y nos sentamos.

—¡Te dije que te vistieras Charlotte! —regañó mi padre.

—Pero estoy vestida —dije tranquila.

—Pero esto es una cena elegante y.... Olvídalo.

—Y bueno ¿A quién esperamos? —pregunté intrigada.

—Ya lo verás —respondió papá con una sonrisa en su rostro.

Estábamos sentados sin decir nada, bueno al menos yo, porque ellos sí hablaban, entró al restaurante una rubia que llamó la atención ya que era muy hermosa, tenía ojos azules, piel clara, su cabello se movía de lado a lado y... se acercaba a nosotros. Pinche vida ahora qué ¿Otra hermana?

—¡Amor! Llegaste —exclamó mi papá dándole un beso como de novela.

—¿¡AMOR!? —grité con cara de asco. Ambos se separaron y me miraron raro.

La rubia se acercó a Amanda y le dio un beso a cada lado de la mejilla.

—Ay Ami, que preciosa te ves —dijo la rubia mal teñida.

Luego se acercó a Nath y le despeinó el cabello.

—Y tú tampoco te quedas atrás —le dijo a Nath dándole un beso en la cabeza.

Luego posó su mirada en mi con una sonrisa pero fue desapareciendo de poco en poco.

—¡Tú! —exclamó fingiendo alegría.

Yo solo la miré con mi sonrisa fingida.

—Tu papá me ha hablado mucho de ti —mencionó dándome dos besos en las mejillas. Me limpié la mejilla y arrugue la nariz.