CAPÍTULO I

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Vivir toda la vida en casa, aburre. Siempre he tenido maestros que venían a casa, para enseñarme. Mi padre de ninguna manera me dejaba salir de nuestro hogar, decía que era muy peligroso para mi salir de casa a pasear o ir al colegio normal con niños. Decía que mientras él es senador, habrá mucha gente que quiera secuestrarme para luego pedir dinero o alguna cosa peor a cambio de mi vida. Siempre he tenido todo lo que quisiera, juguetes, animales, ropa... De todo. Pero a pesar de tantas cosas que tenia, nunca tuve a un padre y una madre. Mis padres nunca se querían, mi padre tenía y sigue teniendo una amante que podría ser su hija, al igual que mi madre, ella tiene a un amante universitario. Hasta cumplir dieciséis años, tenía una canguro. Se llamaba Francisca, pero yo siempre la llamaba Franky. Ella era como mi madre, siempre me cuidaba y me enseñaba muchas cosas que mi madre biológica nunca me enseñó. La despidieron cuando creyeron que yo ya no necesito a una canguro, pero ellos nunca llegaron a entender que ella era mi verdadera familia, a pesar de nuestra distinta sangre y nuestra diferencia de color de piel. Ella siempre por la noche me cantaba canciones para dormir y me daba un beso en la frente de buenas noches. La echo mucho de menos. Ella era una mujer fuerte. Tenía pelo corto y oscuro. Sus ojos eran de un marrón brillante. Tenía piel color chocolate. Era una mujer amable y comprensiva, siempre ayudaba en todo a nuestra familia.

Mi padre, Thomas Hunter, es el senador de los Estados Unidos. Es un hombre alto con ojos grises igual a las cenizas y pelo negro como carbón. Siempre ha sido un hombre frio con todos, incluso conmigo. Su mujer, la cual también es mi madre, Gloria Woods, es la estilista más famosa del todo el mundo. Una mujer bastante atractiva para su edad, con su pelo pelirrojo y sus ojos azules como el océano. A ella solo le importo delante de las cameras, para crear la imagen de la mejor madre del planeta.

Ahora tengo dieciocho años, y eso significa que ya no me podrán aguantar más en casa. Tarde o temprano este momento llegaría.





Me despierto por el rayo del sol que entra por mi media abierta ventana. Es un día de los finales de junio y el día en el cual iría a buscarme un apartamento, para cuando vaya a la universidad. El mes pasado me han llegado muchas cartas de varias universidades, tener a la hija del senador en cualquier universidad, significaba tener más fama. A pesar de tener como opción las universidades como Yale, Stanford y Harvard, escogí el Columbia. Mi padre estaba en contra que vaya a esta universidad, pero yo ya soy mayor de edad, así que decido yo cual es la mejor universidad para mí.


Me levanto de la cama y me dirijo a mi baño, para darme una rápido ducha y arreglarme. Me quito mi pijama rosa, y me meto en la ducha. El agua caliente cae sobre mi cuerpo desnudo, haciendo que mi piel se erice.

Después de media hora de ducha, salgo envolviéndome en una toalla sedosa. Me acerco al espejo y cojo el secador del pequeño armario al lado del espejo. Seco mi pelo, para luego cepillarme los dientes y salir del baño, en dirección a mi armario y coger algo de ropa limpia.

Me acerque al armario, de él cogí una blusa azul y unos pantalones negros. Me puse unos tacones negros y entré al baño, para maquillarme un poco. Me aplique un delineador de ojos negro resaltando mis ojos azules, una máscara de pestañas y un brillo labial. Recogí mi pelo oscuro en una coleta, dejando que unos mechones de pelo salgan desordenadamente de mi coleta.

Salgo del baño, cojo mi móvil y lo desbloque. Veo que tengo dos mensajes de mi novio, Adam. Aunque parezca raro, tengo un novio des de hace dos años. Nuestros padres son amigos y decidieron que sería genial que él y yo estuviésemos juntos. Al principio yo no quería salir con una persona a la cual no la vi en mi vida. Pero luego de estar saliendo con él tres meses, me empezó a gustar, pero nunca llegue a sentir este cosquilleo en mi vientre del cual hablaban en las películas y en muchas redes sociales, gracias a las cuales, conocí a mi mejor amiga, Abby. Una chica guapa, alta con pelo castaño y ojos verdes. Muchas veces quedaba con ella a escondidas, hasta que un día mi padre me pillo, así que le tuve que presentar a mi amiga. El no se enfado, solo me castigo dos semanas por salir de casa sin su permiso. Ahora tengo muchos amigos, debido a que cuando cumplí dieciocho años, pude salir a donde yo quiera sin pedir permiso a mis padres.

DANGEROUS LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora