Capitulo 9

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Narra G.
Al llegar al restaurante me sentí completamente fuera de lugar, todo era tan elegante y yo era como la única cosa que no encajaba ahí.
-Frank, hijo llegas algo tarde- es la voz de un hombre detrás de nosotros.
-El se senador tiene 5 minutos esperando, ¿por que tardaste tanto?- Frank hace un gesto de fastidio al mismo tiempo que pone los ojos en blanco.
-Había mucho tráfico- se excusa y me mira. -Papá el es...- Frank se ve interrumpido por aquel hombre al que llama "papá" >>un momento... ¡¿Es su padre?!<<
-No hay tiempo, nos esperan en la mesa- Frank le mira hastiado y me toma del hombro.
-Vamos Gerard- sólo asiento con un ligero movimiento de cabeza y le sigo. Insisto en que este lugar es demasiado extravagante y lleno de color dorado.
Llegamos a una mesa donde se encontraba un hombre con bigote y cejas muy pobladas de color grisáceo, y sentía como si ya lo conociera pero no estaba seguro; junto a él había una señorita muy linda de tez bronceada y cabello rubio con un elegante vestido, color aguamarina intentando resaltar aquellos senos ausentes.
-Buenas noches señor senador- Frank se acerca y le tiende la mano a lo que este hombre responde instantáneamente.
-Un gusto Sr. Iero-
-Por favor dígame joven, el señor Iero es mi padre.
-Ella es mi hija, su nombre es Felicia- Esa muchachita se acerco demasiado a Frank y le dio la mano, Frank le correspondió y le dio un beso en la mejilla. Por alguna razón quería ser ella. El regordete hombre de bigote me miro de arriba a abajo y carraspeo la garganta.
-Y este otro hombre tan a puesto ¿no piensa presentarse? -
Frank lo miro y luego a mí, le devolví la mirada esperando una señal de si debía o no hablar.
-El es mi secretario, pero por favor no le preste mucha atención, esta noche esta aquí sólo porque yo le pedí que me acompañase- Frank adopto una posición >>ah como decirlo<< ¿poderosa? ¿Oponente? Si eso, una posición oponente mientras se paraba delante de mí.
La cena pasaba muy lento, los hombres hablaban de cosas que no entendía muy bien que digamos y la chica sólo le sonreía a Frank, y él sólo de vez en cuando pues al parecer su mente estaba más concentrada en la platica de aquellos hombres y yo sólo intentaba recordar de donde podría conocer a ese hombre... Todo se me puso oscuro; no lo podía creer, tal vez sólo era mi paranoia, me acerque un poco a Frank y le toque ligeramente el hombro, él inclino su cabeza de lado y en bajito le pregunte si podía ir al baño.
-Permiso- dije mientras me levantaba de la mesa. Me sentía muy estresado, pregunte a un empleado donde quedaba el baño, cuando entre me encerré en uno de esos cubiculos, baje la tapa y me senté sobre esta, cubrí mi cara con las manos e intenté no pensar en el pasado, >>Okay Gerard, todo esta bien, esas personas ya no pueden lastimarme, el pasado ya no existe<< mi mente esta hecha un lío. Respire hondo y salí del pequeño espacio, me mire en el espejo mientras parpadeaba rápidamente para después enjuagar mi cara con un poco de agua. Exhalé y mire el espejo de nuevo, no estaba solo.
-Sabía que mi memoria no me fallaba y a ti ¿Geraldine?-
Mis ojos se pusieron como platos, no lo podía creer.
-N-no sé de que me habla-
-¿Tan pronto olvidas?-
-¿Olvidar que?- empece a sentirme mareado creo que era por su apestoso perfume.
-Que ingrata, te olvidas de quien te dio de comer en muchas ocasiones- el hombre comenzaba a acercarse a mi hasta acorralarme contra la fila de lavabos.
-Señor por favor, n-no sé de que me habla, po-por favor déjeme ir.- Intenté hacerlo a un lado pero mi fuerza era cero comparada con la suya.
-Así que ¿Porque no he podido encontrarte? ¿Cambiaste de agencia o te desecharon y ahora trabajas en las calles? Aunque sinceramente no pensé que un muchacho como Frank tuviese estos gustos. Y dime ¿como lo hace? ¿Te llena tanto como yo? Porque debo saber si podrá complacer a mi hija. ¿Te pide que estés arriba o abajo?-
-Basta, él no es así.-
-¿Ah no? Y entonces ¿Cómo es, te toma de la cintura y hace esto?- aquel hombre me tenía prensado mientras recorría mi cuello, su aliento era fétido, intentaba forcejear pero sus manos me apretaban con fuerza.
-¡No déjeme en paz esto es asqueroso!-
-Pero que dices perra si es lo que a ti te gusta-
-Me esta lastimando-
Estaba a punto de forzarme a besarlo pero de pronto la puerta principal del baño se abrió de manera muy estruendosa.
-¡ES SUFICIENTE!- era Frank, corrió contra el regordete hombre y lo tumbo de un empujón, comenzó a golpearle el rostro una y otra vez por lo que aquel hombre comenzó a sangrar, no sabía que hacer estaba completamente inmóvil, no es como si nunca hubiese visto sangre pero mi mente estaba en blanco.
-Fr-frank ya basta- intenté calmarlo pero ni si quiera sabía como, entonces llegó su padre con trabajadores del restaurante para separar a Frank de ese hombre.
-Sueltenme, voy a matar a ese infeliz-
Frank estaba rojo y la vena de su cien sobresalía con fuerza.
-¡Frank ¿Que diablos crees que haces?!- le reprimió su padre.
Frank lo miro por unos segundos y después al hombre en el suelo.
-Escúchame porquería de senador si quieres demandarme hazlo pero no creo que todo salga bien para ti, estoy seguro que no quieres que nadie se entere de lo escoria que eres como persona será mejor que dejes esto así- Frank miro a su padre y de una manera completamente serena le pido a los hombres que lo sujetaran que lo dejasen ir.
-Gerard, nos vamos ya-
No dije nada sólo lo seguí de manera inmediata. Felicia aquella muchachita se acerco a Frank, preguntando que pasaba, y sin embargo Frank la ignoro completamente. A la salid del restaurante ya estaba un auto esperándonos, Frank abrió la puerta indicándome que subiera.
-Fra-Frank...- dije bajito, él sólo me miro. -Gra-gracias- dije tartamudeando. No dijo nada, le mire a la cara y de pronto se abalanzo sobre mí, besándole de manera desesperada.
-¿Donde?- decía mientras desabotonaba torpemente mi saco y mi camisa, sin dejar de besarme de una forma brusca.
-Frank... Es-espera- dije mientras intentaba alejarme de él.
-Dime donde carajos te toco ese maldito- me beso y mordisqueo mi lengua, después una de sus manos bajo hasta mi pantalón y se poso sobre mi miembro apretándolo.
-Frank por favor no- entre sus besos y caricias no me daba tiempo para hablar.
-Eres mío, mío- mientras pasaba su boca por uno de mis hombros lo mordió.
-Frank no quiero por favor, te lo suplico no quiero- dije con la voz temblorosa y al borde de las lagrimas.
Frank se detuvo en seco.
-Lo siento- hizo que el chofer detuviese el vehículo y Frank bajo de este y aunque había comenzado a llover, el auto se puso en marcha pero sin él abordo.

*
Chan chan chaaaaan

El Delirio De Mi SalvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora