Capitulo 18: Esclareciendo

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    Jack no regresó a la oficina en lo que quedaba de la tarde. Lilly había estado esperando volver a verlo para atacarlo con una nueva serie de preguntas. Y con cada minuto que pasaba, aquella serie se iba tornando cada vez más larga.

¿Contra quién peleaba? ¿Y por qué lo hacía? Recordaba haber visto al clan de Brujas Blancas con Annie, ¿qué hacían ahí? Y lo más importante, ¿por qué los Guardianes estaban con ellas?

Pensó durante horas el orden y la forma en que realizaría aquellas preguntas al guardián cuando este regresara, hasta que, finalmente, cayó dormida en el mismo sitio donde lo había hecho la noche anterior. Jack regresó en la madrugada para asegurarse que Lilly siguiera en la oficina, sólo para encontrarla profundamente dormida contra el escritorio. Decidió dejarla tranquila y no volvió a asomarse en lo que restaba de la mañana.

La humana despertó sola al día siguiente. No sabía qué hora era, pero supuso que debían pasar de las 9:30 puesto que su desayuno ya estaba sobre el escritorio. Eso la tomó por sorpresa: ni siquiera había escuchado cuando entraron para dejarlo ahí.

Lo cierto es que había dormido horas de más. Había estado soñando cosas muy extrañas durante la noche: veía el Polo siendo atacado y destrozado por seres voladores con rasgos humanos, incluso le parecía haberse encontrado con unos muy similares a Sarah, Alice y Trixie, las Brujas. A dicho sueño le siguió otro en donde perseguía a una mujer anciana por las calles de una ciudad que no pudo reconocer. La mujer de su sueño era capaz de volar y trepar por los muros de los edificios y, como si eso no fuera poco, lo más extraño fue cuando la alcanzó un rayo de luz: la anciana empezó a combustionar viva hasta convertirse en cenizas frente a sus ojos. El último sueño había sido el menos terrorífico, pero también el que más sorpresa le causaba. En él había reconocido a Jack, con la cara cubierta de moretones y sangre salpicada. Estaba atado de pies y manos, y la veía de una forma tan penetrante que aún despierta no podía deshacerse de la sensación que esos ojos azules, cansados y decepcionados, le causaban. Por alguna razón se sentía culpable de su estado, y la necesidad de correr en su ayuda la apremiaba terriblemente. Pero cada vez que intentaba acercarse, una fuerza invisible la detenía y la alejaba del espíritu.

Todo ello la había dejado agotada, cosa que le resultaba sumamente extraña puesto que, después de tantos años con la vida que llevaba, se había acostumbrado a permanecer alerta aun estando dormida.

Estoy segura que deben ponerle algo a esto. Es demasiado extraño, pensó, observando la humeante taza de chocolate caliente y los wafles con maple y mantequilla que le habían dejado. Incluso sigue caliente, ¿cómo hacen para que siga caliente?

Aun así, el olor de la comida despertó su hambre y no pudo resistirse a la idea. Una vez que vació los trastos, buscó las herramientas y volvió a su plan de escape. El día anterior se había dado por vencida con la ventana cuando se dio cuenta que la madera ponía demasiada resistencia, y decidió que, tan vez, sería más sencillo perforar el muro. Después de todo, estaba hecho de hielo: debía ser más rápido y sencillo.

A mediodía, uno de los yetis había aparecido para recoger los platos de la mañana y entregarle la bandeja con su comida. Lilly se sobresaltó al escuchar la puerta abrirse y su corazón latió con emoción al pensar que sería el guardián. Se llevó una gran de desilusión al descubrir que sólo se trataba de uno de esos seres peludos.

Nuevamente, se extrañó de su propia reacción.

Necesitamos verlo para obtener información, le recordó una vocecilla en su cabeza.

Y era cierto. Estaba cansada de que los días pasarán sin cambio alguno, sin obtener algún avance con sus memorias, sin saber qué había ocurrido exactamente. Pitch nunca entraba en detalles y Madre Naturaleza aseguraba no saber nada del tema, lo cual, sólo la dejaba con más dudas. No le agradaba no estar al tanto de las situaciones: tenía el presentimiento de que aquel espíritu de ojos dorados le estaba ocultando algo, y detestaba no saber qué era.

Rise of the Guardians: Pitch's ReturnsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora