Capitulo 19: Ataque al Polo

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    La chica corrió hasta llegar al barandal de madera que delimitaba el nivel del inmueble. Tal como había imaginado, el Taller estaba siendo asaltado por los ayudantes de Pitch. Cientos de caballos trotaban y chillaban por todas partes, mientras los guardianes luchaban fervientemente por mantenerlos alejados. Logró distinguir a Jack entre ellos, atacando a un grupo de animales que lo habían acorralado, seguramente, mientras iba camino a buscar a Pitch.

    Lilly se preguntó dónde estaría. Y entonces notó que, en la cúspide del globo, había un gran tumulto de arena negra desde el cuál crecían cinco largos brazos que envolvían el reto del mundo y se movían en torno a él, manteniendo alejados a todos aquellos que intentaran acercarse. Seguro Pitch debía estar oculto ahí.

    Corrió por el largo pasillo en búsqueda de algo que la ayudara a llegar hasta su objetivo. El globo estaba suspendido en medio de la sala, de modo que sería imposible llegar hasta él por otro medio que no fuese volando. Quizá Norte tendría algo que le sirviera para llegar hasta ahí.

    Su búsqueda se detuvo cuando una figura negra golpeó el suelo frente a ella y colisionó contra el muro de mármol al otro lado del pasillo. Detuvo su carrera para ver qué había ocurrido. La arena tomó forma y no tardó en reconocer al caballo que Pitch solía enviarle como ayuda, y el animal la reconoció a ella.

    — Necesito que me lleves con Pitch — le dijo.

    Con un bramido a modo de queja, aquel ser de arena se puso de pie. Sacudió sus crines y echó a correr en dirección al barandal. La humana corrió hacia él y de un salto subió a su lomo mientras el caballo tomaba vuelo para regresar a la pelea. Lilly apenas tuvo tiempo de aferrarse al animal para no caer, y aún con los erráticos movimientos del caballo, logró subir a su espalda y arrearlo en dirección al tumulto de arena negra.

    El animal galopó por el aire elevándose varios metros, tanto que casi pudo llegar a la cúpula de cristal del inmueble, con la idea de librarse de los largos brazos en forma de látigo que Pitch había creado. Desde ahí, el animal avanzó hacia el centro del Taller, justo sobre el globo, y se dejó caer en picada hasta el tumulto de arena negra. Lilly se aferró al cuello del caballo para no caer al vacío y cerró los ojos por inercia.

    Cuando volvió a abrirlos, estaba rodeada por una tormenta de arenisca oscura. Esta se acumulaba en su mayoría en la zona exterior del tumulto, formando una capa giratoria que cubría lo que había en el interior y que bloqueaba el paso de la luz casi por completo. El caballo había desaparecido, y en su lugar, se encontraba Pitch de espaladas a ella. Tenía los brazos extendidos hacia ambos lados, mientras sus delgados dedos grises se movían y torcían en todas direcciones y de formas poco comunes. Los brazos de arena negra, al otro lado del cúmulo, obedecían a estos movimientos.

    — ¡Pitch! — lo llamó.

    El aludido dio media vuelta para encararla con una falsa sonrisa.

    — ¡Lilly! ¡Al fin te encuentro!

    — Pitch, por favor, detén esto...

    — ¿De qué estás hablando? — sin dejar de sonreír, el hombre arrugó el entrecejo en un gesto de confusión. — ¿Por qué me detendría estando tan lejos? ¡Estamos en el Polo Norte!

    — Tengo que hablar contigo. Hay muchas cosas que ignoras y es importante que las sepas. Yo...

    — ¿Recordaste algo? — la interrumpió, acortando considerablemente la distancia entre ambos de un solo paso.

    — Aprendí algo, y es necesario que lo sepas — aseguró. — Escucha... los Guardianes no son como creíamos. Ellos buscan el bienestar de los niños también, lo he visto. Tal vez... no somos tan diferentes. Tal vez podríamos trabajar en equipo con ellos y...

Rise of the Guardians: Pitch's ReturnsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora