Capitulo 9: Explicaciones

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     Jack apareció con estrépito en la oficina de Norte. Poco le faltó para terminar con la cara pegada contra la madera de la pesada puerta de la entrada, pero, gracias a un traspié en su loca carrera, logró librarse del golpe por apenas unos centímetros de diferencia. Sin embargo, esto le costó el equilibrio que apenas podía mantener, y terminó por aterrizar boca abajo contra el suelo.

    Meme y Norte, quienes se encontraban frente al escritorio de este último interrogando a Rey Calabaza y Catrina, se volvieron para verlo. El joven estaba recostado sobre el suelo de la oficina, con medio cuerpo dentro y el resto a mitad del pasillo del Taller. A juzgar por el sonido que había producido al caer, los guardianes supusieron que debía haber sido un golpe fuerte. Sin embargo, el joven se levantó de un salto y sin dar signos aparentes de experimentar algún dolor, como si hubiese caído sobre un colchón de plumas.

    Tenía el cabello revuelto y cubierto de pequeños copos blancos que brillaban titilantes bajo la luz de las velas de la oficina. Un par de mechones al centro se erguían como crestas, mientras otros tantos, mas delgados, le caían sobre la cejas. Todo aquello le hubiese conferido un aire bastante cómico de no ser por ese brillo lunático en sus pupilas, esa expresión de sorpresa mezclada con miedo y esa respiración frenética. Incluso su piel lucía más pálida de lo normal, como si fuese papel.

— ¡Es Pitch! — anunció a todo pulmón, haciendo que su voz resonara en toda la estancia e hiciera vibrar los cristales de la ventana.

    El silencio se hizo durante unos segundos, mientras los cuatro sorprendidos espíritus observaban extrañados al joven guardián, analizando a detalle su expresión.

— ¿Qué? — preguntó al fin Norte, después de lo que pareció una eternidad.

— ¡Pitch! — repitió el chico. — Era él, estoy seguro.

"¿Dónde lo viste?" quiso saber Meme por medio de sus signos de arena.

— En la ciudad… en España — respondió de forma entrecortada, incorporándose al grupo de la oficina con los ojos redondos como platos. Se llevó ambas manos a las sienes, como un loco que acabara de ver otra de sus alucinaciones. — Por Dios, ¡Era Pitch!

    Norte se plantó frente a él y lo tomó por los hombros. Imaginó que, de haber ido aún humano, el joven tendría gotas de sudor perlándole todo el rostro.

— ¡Jack! — el guardián lo sacudió vigorosamente de adelante hacia atrás para llamar su atención. El chico no tuvo otra opción más que bajar las manos y observar fijo a los ojos del hombre. — Tranquilízate y cuéntanos por qué tanto alboroto.

— Norte, te juro que lo vi... era él — contó el albino, liberándose de los fuertes dedos del aludido. — Había arena negra, mucha arena negra en el patio de esa casa. Y en la calle. Luego apareció, cubierto con una... capa... túnica... ¡qué sé yo! — se encogió de hombros y se pasó una mano por el cabello, removiendo cuidadosamente los mechones de su fleco para volver a peinarlo. Algunos de lo copos que habían quedado atrapados entre estos cayeron al suelo elegantemente. — Peleamos un rato, pero de repente se detuvo y se marchó. Así sin más.

— ¿Dijiste capa? — se escuchó una voz al fondo. Los guardianes se volvieron hacia el escritorio y fijaron su atención en el Rey del Halloween. La incredulidad estaba tatuada en sus facciones de calabaza. — Hace años que Pitch no usa esa clase de ropa.

— Sí, es de muy mal gusto — refutó su amiga, asintiendo con la cabeza. — Si yo fuera él, usaría algo como...

— Amigos, ¡al diablo con eso! — sentenció Norte, logrando silenciar a ambos espíritus. Estos se quedaron quietos en sus lugares, cruzando las manos sobre sus piernas y bajando la mirada, como un par de niños a los que acabasen de regañar. — No estamos aquí para discutir como luce.

Rise of the Guardians: Pitch's ReturnsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora