Alas... ¿Para qué?

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La solitaria pero bella joven se encontraba parada en el borde del acantilado. Su negro cabello volaba a la par del viento, y sus oscuros ojos apreciaban por ultima vez, el hermoso cuadro que presentaba el sol tocando el océano en el horizonte.

Decidida, cerro sus ojos y abrió sus brazos, una sonrisa se formo en su rostro, estaba a punto de arrogarse, hasta que algo la interrumpió.

- ¡Detente! - La voz del muchacho hizo que se sobresaltara y abriera los ojos. Él estaba agitado por la corrida hasta el lugar, pero su castaño cabello se encontraba intacto, y en sus marrones ojos se podía percibir la preocupación - Por favor, no lo hagas -

Ella, se dio la vuelta, se notaba la confusión en su mirada, pero igualmente, sonrió - ¿Que haces aquí? - Dijo con indiferencia y algo de superioridad, pero lo que solo él noto, fue la tristeza en la pregunta.

- Vine a salvarte - Dijo mientras se le formaba una pequeña sonrisa y una luz de esperanza se vio en sus ojos.

Ella río, ese comentario fue bastante gracioso - Vienes a "salvarme" - Hizo comillas con los dedos - Pero si lo haces, nada cambiara - Empezaron a formarse unas lagrimas es sus ojos, pero no borro su sonrisa - Lo hago, porque estoy sufriendo, y no voy a detenerme - Ahora, de espaldas al horizonte, abrió los brazos y cerro los ojos, mientras se tiraba lentamente hacia atrás - Adiós - Dijo en un susurro.

Él lanzo un suspiro al darse cuenta que no le quedaba otra opción. Mientras corría hacia el acantilado, desplegó sus hermosas alas, de la manera más rápida necesaria.

Cuando dejo de sentir como el viento chocaba contra su cara y los brazos de él le rodeaban la cintura, rió con tristeza.

Cuando ambos volvieron a tocar el suelo, la soltó , se aparto unos pasos y oculto sus magnificas alas.

- Ya lo sabia, sabia lo que harías y... - Hizo una pausa - y lo que eras, pero yo no haría nada en contra de esto, pero me gustaría preguntarte, ¿por qué? ¿por qué me detuviste? -

- No podía perderte, y menos así -

La sonrisa volvió a formarse en su cara, y nuevamente aparecieron pequeñas lagrimas - No tienes idea de porque lo hago, paso mi vida sufriendo, a cada día, a cada momento, mientras te anhelo y te amó en silencio, mientras tu te la pasas feliz, con tus amigos, con tu novia, ignorándome, pero sabiendo que estoy ahí, empeorando cada día, y ahora me salvas, para que continué sufriendo, como lo hice hasta ahora, nada cambiara, todo sera igual -

- Eso no es así - Dijo mientras sonreía felizmente - Lo dejare, dejare todo por ti, mi vida de ser necesario, pero estaré contigo -

Comenzó a reírse, pero era falsa, estaba muriendo de tristeza - Es mentira, ya me lo has dicho, ya pasamos por algo similar, juré irme, alejarme, desaparecer de tu vida, pero me lo impediste, me pediste que me quedara, contigo, que lo dejarías todo por mi, y yo, como una ingenua, te creí, creí que me amarías como yo lo hago, pero no lo hiciste, y no lo harás ahora, jamás lo harás - Comenzó a llorar, como hacia cada noche en su habitación, de una manera descontrolada y llena de tristeza. Inconscientemente, cayo al piso de rodillas y grito, sin importarle que él se encontrara a solo unos metros de ella - DÉJAME MORIR EN PAZ -

Fue lo único que se escucho en todo el lugar.

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