Historias Incompletas

Solo un abrazo.

EL dúo se encontraba sentado en el techo de la casa, en silencio, mientras la música de la fiesta de abajo se escuchaba lejana.

Ambos pares de ojos miraban las estrellas, una mirada estaba llena de admiración y esperanza, de vida, mientras que la otra no mostraba nada, simple vacío.

- ¿Podrías abrazarme? - Pregunto el castaño mirando hacia su compañero. Este se volteo al escuchar la pregunta, con algo de confusión y sorpresa ante la pregunta, pero sin demostrarlo en el rostro.

- ¿Por qué debería? - Cuestiono con neutralidad, sin felicidad, emoción, repugnancia, ni ningún tipo de emoción.

- No lo sé. Simplemente quería un abrazo de tu parte - Comentó con una pequeña sonrisa de inocencia en el rostro.

- Sabes que sera un abrazo vacío, ¿no? ¿Sabes que no tendrás calor, cariño o afecto en ese abrazo? - Preguntó con la misma neutralidad el morocho, con completa curiosidad ante la respuesta del castaño.

- Si, lo se. Pero era algo que quería, sentirte que estás aquí conmigo, que no te fuiste, que continuas acompañándome -

- Escucha, sabes que no se lo que es el cariño, el amor, el afecto, ¿no es asi? ¿Sabes que no hay manera de que lo demuestre? Nunca tuve alguien que me entregara algo de esto, no se lo que es recibir amor y cariño, que no se darlo. Al estar a mi lado estaras al lado de un cuerpo frio y vacio. Jamás podré devolverte todo lo que tu me das porque no sé cómo - Se encontraban enfrentados mirándose a los ojos, tratando de expresar algo con la mirada, pero era algo casi imposible.

- Lo se. Te conozco lo suficiente, sino no estaría aquí contigo. Se por todo lo que pasaste, se como te sientes y sé como eres. Pero eso no me alejara de ti. Se que nadie fue capaz de demostrarte cariño durante toda tu vida, por eso yo me encargare de eso de ahora en más. Haré todo lo posible para entregarte amor, cariño, afecto, calor. Para que luego de que sepas lo que es recibirlo, puedas comenzar a darlo. Y no me importa si luego de muchos años no seas capaz ni de darme una sonrisa, yo estaré feliz, porque pase mi vida demostrandote el cariño que siento por vos, el amor que siento - Una sonrisa de completa sinceridad se mostraba en su rostro, llenando, de alguna manera, de confianza a su compañero.

El silencio se hizo presente, lo único que se escuchaba era la música de fondo, mientras se miraban a los ojos.

El morocho se recostó sobre el techo, dejando algo decepcionado al castaño, el cual dejó escapar un suspiro de rendición ante su reacción.

- Acércate - Mencionó despacio, sorprendiendo al más chico. El aludido, sin dudar, aunque si sorprendiendose, se recostó a un lado de su compañero, siendo rodeado por sus brazos al instante. Estos eran fríos, al igual que todo el resto de su cuerpo, pero al acercarse lo suficiente, logro sentir el latido de su corazón, cerrando los ojos ante el ritmo de este y sonriendo levemente.

- Gracias - susurró más para sí mismo, pero el morocho de todas formas lo escucho, y no pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara en su rostro al escucharlo, mientras seguía mirando las estrellas.