Capítulo 33.

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El oficial nos interrogaba a mí y a Anthony. ¿Cómo es que no nos habíamos dado cuenta cuando un loco o loca entró a la habitación y luego se metió a la de Louise?. Seguramente debe de ser alguien del hotel porque eran los únicos que tenían las llaves de cada puerta.


-Así que.. ¿ustedes estaban en el baño al momento de lo ocurrido?. --preguntó.


Anthony asintió medio sonrojado. No era muy difícil de saber lo que estábamos haciendo en el baño. 


-Muy bien. Mandaré a interrogar a cada trabajador del hotel, revisaré los vídeos y activaré la alerta para que su hija sea buscada por cada rincón de este lugar.


Agradecimos al oficial y Anthony enredó su brazo en mi cintura. Abandonamos la estación y él condujo hasta el hotel. 


-Esto es mi culpa. Si yo no hubieses insistido Louise seguiría aquí con nosotros. --dijo triste.

-No es sólo tu culpa. --tallé mis ojos llenos de lágrimas-- Es culpa de ambos por irresponsables. 


Sentía que el mundo se me caía a pedazos. ¿Qué iba a hacer yo sin mi hija?. 

Apenas supe que ella venía en camino, automáticamente se había convertido en lo más importante de mi vida. Si ella jamás volvía, si jamás la volvería a tener en mis brazos, moriría de tristeza porque Louise era todo para mí, absolutamente todo. 


Anthony estacionó el auto y al llegar al hotel había un grupo de policías inspeccionando cada pequeña parte de la habitación. 


-¿Quieres comer algo?. --me preguntó.

-No tengo cabeza para nada. --suspiré.

-El punto es salir de aquí. --bufó.


Salí de la habitación y él me siguió. A esta hora la cocina del hotel estaba vacía. Sin embargo me senté en una de las mesas y Anthony se sentó en frente de mí.


-¿Qué va a pasar si ella no vuelve?. --pregunté.

-La vamos a encontrar. Ten fe, Dios es muy grande. Vamos a encontrarla.

-Dios, Dios, Dios.. --rodé mis ojos-- Ese bendito Dios sabía lo mucho que adoraba a mi niña y aún así me la quitó. --lloré.

-Dicen que Dios le manda las pruebas más duras a las personas más fuertes. Demuéstrale que tú eres fuerte y que en vez de dejarte caer por la tristeza, vas a luchar hasta el último minuto por encontrar a Louise. Vamos a luchar, yo estoy contigo amor. Si es necesario agotar cada centavo que tenemos lo haremos, si es necesario dar mi vida para que tengas de vuelta a nuestra hija en tus brazos lo haré. 

-Anthony, no. --me estremecí al oírlo decir eso-- No quiero perder a mi hija, pero sería igual de desbastador perderte a ti. 

-Yo ya viví, ella apenas está empezando. No pienso dejar que le pase nada. Sabes muy bien que por ti y por ella daría mi vida. 

-Hay que tener fe, Dios es muy grande. --repetí sus palabras-- El no nos va a quitar a nuestra hija cuando apenas nos la dio. 

-Deberías llamar a tu familia. --cambió de tema.

Romeo Santos, el mejor amigo de papá. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora