Me bajo de la camilla del hospital con la nariz adormecida.
-¿Segura que quieres ir? --pregunta Anthony--
-Segurisima.
-Es un mes, lugares en donde hace frío y te puede doler más.
-Quiero ir.
Nada ni nadie va a hacerme cambiar de opinión. ¡Quiero irme de vacaciones con Anthony!
Mis padres nos dejan en el aeropuerto de Los Ángeles y allí tomamos nuestro avión con destino a París, Francia.
Es de madrugada cuando estamos llegando a nuestro destino. Desde la ventanilla del avión el paisaje es hermosa. La enorme torre Eiffel se ve increíble y el cielo está lleno de neblina. Puedo visualizar que las calles apenas tienen unas pocas personas y algunos autos, ya que es muy temprano.
Anthony duerme a mi lado, pero yo no he podido pegar un ojo en toda la noche. La emoción puede conmigo. Él lleva un traje color vino tinto claro, junto a una camisa azul y unos zapatos negros que le quedan perfectamente bien. Su pelo bien peinado a un costado y su barba perfecta como siempre.
La mujer pide que abrochemos nuestros cinturones, por lo que todos despiertan. El aterrizaje es rápido. Después de ir por nuestras maletas y hacer el resto de cosas, afuera ya está más claro.
La ciudad es increíble, ver a todos esos franceses caminando por ahí, con su porte y estilo es emocionante.
La habitación del hotel es perfecta. Tiene un estilo mediterráneo con paredes terracota y un decorado del siglo XIII, sin perder el toque moderno. Una chimenea de piedra da calor al increíble frío francés.
Lo mejor de todo es que la habitación es doble y con tan sólo abrir una puerta, puedo dar a la habitación de Anthony.
Particularmente hoy estoy cansada, supongo que del viaje. Me pongo un pantalón flojo y un suéter blanco. Me tiro en la cama a ver una película mientras espero que la pizza llegue.
La puerta suena, el repartidor está con un gran abrigo y una caja de pizza en sus manos. Le pago y le doy una buena propina. Me vuelvo a tirar en la cama y empiezo a comerla mientras miro ''Los juegos del hambre''.
Dejo la caja de pizza en la mesita de al lado y justo en ese momento Anthony entra y se acuesta a mi lado.
-¿Los juegos del hambre? --dice--
Yo asiento.
Anthony toma el control y apaga la tele, mientras yo lo fulmino con la mirada.
-Tengo frío. --se sube sobre mí--
-Quizá pueda hacer algo por ti. --una sonrisa coqueta aparece--
Mis labios viajan hasta su cuello y reparto pequeños besos con cuidado de no lastimar mi nariz. Mi boca sube hasta sus labios, los rozo lentamente y luego los atropo de lleno.
-Te voy a lastimar. --dice separándose--
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Romeo Santos, el mejor amigo de papá. [COMPLETA]
Romansa**PARA MAYORES DE 16 AÑOS** Dicen que para el amor no hay edad, pero ¿qué pasa cuando la diferencia son 15 años? Yo era de esas chicas que solía ignorar las tonterías del amor, hasta que me enamoré de un imposible. Teniendo sólo 16 años, me e...