Lo besé en la cara, con más precisión en la mejilla
-Gracias- le sonreí a lo cual él sorprendido me responde con otra sonrisa.
Estuvimos abrazados un largo tiempo y también conversando, descubrí muchas cosas de él, incluso me enteré que tenía un tatuaje
-Enséñamelo- le pedí con desesperación pero es que amaba los tatuajes y yo igual quería hacerme uno, pero no tenia las agallas.
-No- me respondió con una sonrisa- es privado, no puedes verlo
-¿Por qué no?- pregunte como una niña, de verdad quería verlo y él no me lo ponía fácil
-Ya te lo dije es privado- me empujo para que volviera a colocar mi cabeza en su hombro
-No- dije colocándome derecha frente suyo- quiero verlo- me crucé de brazos y me removí para que notara mi fingida molestia
-No te muevas- gruñó con el ceño fruncido. Al principio no comprendí porque me pidió eso, pero luego mi ampolletita se iluminó y sonreí con malicia. Moví mis caderas lo que provocó que colocara sus manos en ellas para detener mi movimiento- En serio para- dijo conteniendo la respiración
-Entonces deja verlo- lo mire con ojos de cachorrito- un ratito- dije juntando mi dedo índice con el pulgar
Arthur me miró desconfiado, pero creo que lo convencí ya que suspiró y me bajó de encima suyo. Si hubiese sabido que tendría que bajarme de él no hubiese insistido tanto, pero bueno eso no se lo diré. Se levantó de la arena se sacudió los pantalones dio media vuelta y cuando pensé que se marchaba se quitó la camiseta por la cabeza, dejándome apreciar su espalda blanca donde no se veía ni una huella de tinta negra-
Me mintió acerca del tatuaje -pensé
Pero cuando por fin se quito por completo la camiseta, lo vi, estaba en la parte superior. Era simplemente hermoso, quedé sin aliento y sin habla. Me levante dejando la manta en el suelo y me acerqué a su cuerpo. Arthur me miraba por sobre su hombro viendo mi reacción, levanté mi mano y a estar a centímetros de tocar su piel pregunté:
-¿Puedo?-
Silencio, esa fue su respuesta. Como no sabia interpretar, aún, los silencios de Arthur así que lo tomé como a mi se me antojó. Lo toqué, giró su cabeza mirando hacia el frente así que aventuré con mis dedos en su suave piel.
Era un hombre casi desnudo, con cabeza gacha, me recordaba mucho a Jesús, era realmente hermoso, las alas daban un toque tan delicado y especial, tracé cada línea con mis dedos, me pasaría todo el tiempo tocando no solo su tatuaje, aproveché la ocasión y observé toda la extensión de su espalda, era ancha en termino medio y su caja torácica era larga, mucho más que la mía. No era de esos típicos chicos musculosos y marcados, es más Arthur era delgado, y algunas hendiduras acompañaban su vientre, sus brazos largos y blancos con algunos lunares lo hacían más irresistibles a mi tacto. Volví la vista al tatuaje para no obligar a mis manos a quedarse quietas.
Mi alma cayo a mis pies, cuando observé con más precisión la a la derecha, había un nombre, pero no cualquier nombre, era de mujer:
''Cristina''
Quité mi mano bruscamente, lo que hizo que Arthur diera media vuelta mostrándome su cuerpo en toda su extensión
Madre mía
''Cristina'' con eso rondando mi cabeza aparté la vista de él y su cuerpo, tomé la manta doblándola mientras Arthur volvía a colocarse la camiseta.
-¿Quieres irte?- me preguntó
-Sí- mi voz salió enojada y cortante así que intenté arregla la situación- comienza a hacer más frío- le dije con voz más suave
No respondió, sólo me volvió a colocar la casaca en los hombros, mientras llevaba la manta entre sus manos. Al llegar a su auto, prendió la calefacción y comenzó a conducir de regreso a mi casa
-¿No quieres pasar a comer algo?- preguntó mirándome
-No gracias- respondí mirando la ventana
-¿Segura?-
-Sí-
-Está bien- lo oí suspirar
Vaya que día, pensé que sería divertido y lo fue hasta que leí el nombre que seguramente era de su novia. Sé que a mi no me debería importar ni menos afectar pero no pude contenerme me llené de furia sin quererlo pero aquí estaba, regresando a casa, cuando deberíamos estar sentados en algo local donde comer. Seré tonta, era más fácil preguntarle a quién le pertenecía aquel nombre en vez de armarme un lio en la cabeza. Pero algo me dijo que eso lo haría enojar o simplemente no me respondería. Y eso me llevó a pensar, ¿por qué no quería que lo viera?, ¿no quería que supiera el nombre de su antigua novia?, ¿algo habrá pasado con ella para tener la necesidad de tatuárselo?
Las preguntas me comían la mente y la verdad que comenzaba a dolerme, abrí un poco la ventana para respirar el frío aire que golpeaba mi cara.
-¿Por qué te cambiaste de liceo?- pregunté con interés, la verdad es que algo debió haber pasado para que se cambiara en el penúltimo año
-¿Por qué preguntas?-
-Curiosidad-
-Por una chica-
Y Ahí estaba, no sé por qué pero eso hizo que ''Cristina'' volviera a mi mente, sabía que era su novia. Dios mío porque no me advertiste de esto antes de que me empezara a gustar Arthur...
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Niñas de mi corazón, hubo problemas con el capítulo que no sé que le pasó, ni a donde se había ido. Pero lo volví a escribir y aquí está.
Para que sepan un poquito más de mi les contaré algo; ¿recuerdan que les comenté que tenía reunión? pues llegaron noticias de maravilla, tengo un promedio general de... ¡¡¡¡¡6,5 señores!!!!! y mi ranking es 7 son feliz muuuuuy feliz.
Pues como lo prometido es deuda ahí está la dedicación al primer comentario, de verdad muchas gracias por todo <3
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Es solo un amigo... creo
JugendliteraturSophia Milani hija de dos grandes abogados italianos posee la vida que toda adolescente de dieciséis años quisiera; pelo largo castaño, ojos verdes y de estatura promedio que deja a más de uno con la boca abierta. Ella junto a su mejor amiga Allison...