Capítulo XXIII

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Sophia

Ya era hora de ir al liceo, hice toda mi rotuna diaria con total relajación, nada me perturbaba hasta que recordé todo lo sucedido ayer, ¿cómo debía comportarme hoy? supongo que con total naturalidad. Algo que se me da muy bien, al menos hasta hoy.

Bajo a desayunar y todo está preparado para mi, sentarme frente a mis padres es cotidiano y normal, pero hoy parecía que mi madre tenía intenciones de matarme con su mirada, no quería más de lo que había recibido el día de ayer así que intenté ignorarla lo mejor posible.

La  salida al trabajo estaba llegando y yo estaba más que agradecida, quería un respiro.

 Mientras mi padre se arreglaba el traje y su presentación personal en el espejo de la entrada mi madre seguía en la mesa, mirándome fijamente.

-Christina vamos, se nos hará tarde estamos casi- entró dándonos una repasada a ambas


-Llévatela antes de que salte directo a mi yugular- mamá entrecerró los ojos al escuchar el comentario.

-So, tu madre no ocupará su fuerza bruta en tu yugular, tranquilízate. Suficiente tiene al tratar con mi secretaria- siempre que puede mi padre saca el tema de la rivalidad entre Christina y la secretaria de papá, ella siempre suele destacar que Ángela se queda mucho tiempo en el despacho de él comparado con la poca cantidad de papeles que lleva en mano. Normalmente es ahí donde ella hace su entrada con palabras cariñosas hacia su marido.


-Alguien tiene que poner en su lugar a esa mujer- responde con firmeza

Miré a Christian con una sonrisa de complicidad


-Supongo que no aceptarás estar celosa a pesar de estar casada con él- hace años que están casados pero aún así mi papá se vuelve loco al saber lo celosa que puede llegar a ser, quien lo diría hasta parece una adolescente.

Su mirada pasó desde mi padre hasta mí, ahora su atención estaba en mi persona

-¿Crees que te perdonaré lo de ayer?- otra vez con lo mismo y yo que me estaba divirtiendo. Su pregunta iba dirigida única y exclusivamente a mí

-Sólo si quieres que te perdone el haberme dejado en los brazos de papá, sabiendo lo torpe que es- crucé mis brazos ocupando la nueva información proporcionada por mi padre, fue lindo enterarme que me caí del coche en una discusión con mi madre, súper.

-¡Ey no me culpes, estabas recién bañada y eras el bebe más inquieto que he tenido que conocer!-

-Razón suficiente para dejarme caer, ¿estoy en lo correcto?- elevé una ceja, cuando mis papás están fueras de sus burbujas de trabajo son un total desastre. Me gustaría que las personas que depositan en ellos la confianza suficiente para atender su divorcio u otro tema legal conocieran esta etapa de ellos, en casa son dos niños.

-Bueno Sophia- Christina se levanta dejando la servilleta en la mesa- Adivina qué, estas castigada, tus salidas se suspenden por dos semanas y no te molestes en refunfuñar, ya está dicho- besó mi coronilla- Que tengas buen día, nos vemos en la cena.

-Adiós Sophi, cuídate y no hables con extraños- rió papá, sorprendiéndome al burlarse de mí. No me lo creía vivía con un verdadero niño.

 No me lo creía vivía con un verdadero niño

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[...]

Alli

Menudo inicio de semana, ayer Max se fue luego de un rato de conversación. No volvimos a tocar el tema de su declaración hacia mí lo cual se lo debo a todos los dioses. Espero que pase un buen tiempo antes de que vuelva a pasar.

Me sentía tan a gusto con él y su presencia que me hacía cierta ilusión que él me haya elegido a mi para escuchar esas palabras de su boca. Incluso me permitía ciertas noches imaginarme cómo nos veríamos juntos estando en una relación, después de la muerte de Matías me prometí que él iba a ser el único hombre en mi vida.

 Muchas veces nos llega un tapón a la boca

La sala estaba vacía, la mayoría vagaba por los pasillos antes del toque de timbre, y lo que es yo estaba afirmada en la ventana que daba directo al jardín delantero del edificio, esperaba ver en la distancia el coche de So pero aún no aparecía, muy tierna será pero es una flojaza de primera.

Sentí unos brazos que me envolvían por la cintura, cúlpenme o no pero mi mente pensó instantáneamente en Max, era el único al cual le permitiría hacer esto.

-¿No me golpearas por esto?

-¿Tengo fama de ser una matona?

-No, pero es raro que me dejes hacerlo. Aunque recordando, hubiese sido más raro si no me dejaras después de lo que pasó ayer

-¿Qué pasó ayer?-me volteé afirmando mi trasero en la muralla

-¿Quieres un recuerdo?

-Como te gustaría repetirlo, campeón- reí

-Como te gustaría repetirlo, campeón- reí

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Es solo un amigo... creoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora