Capitulo 3

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Las hierbas, las rocas y todo lo que se encontraba en el sucio suelo, la lastimaba. Sus pies dolían, pero no tanto como su corazón. Estaba destrozada y perdida. No podía encontrar salida, estaba sola hundiéndose en la fría oscuridad del invierno.

Los pueblos tenían árboles decorados, listones y luces por todo el lugar, algo que ella no se permitió disfrutar. Estaba intranquila de pensar que ese podría ser su fin. Que su ultima Navidad podía pasar en solo segundos.

Ella sabia por que había regresado, y el riesgo que eso implicaba, ¿pero a quien le importa esas pequeñas cosas después de perderlo todo? Amigos, espíritus celestiales, el amor de su vida. Todo era solo una esperanza ciega.

Temía el momento de encontrarlos a todos y cambiar de opinión. Tenía miedo de ver el rostro de su amado y decirle que su destino era morir ese día.

Después de perderlo todo, después de desaparecer del futuro, ella se volvió loca. Sin poder sacarle de la cabeza que un día tendrían que morir... y todo por culpa de ella, y su pecado.

Recordaba cada una de sus caras, sus últimas palabras y su ultimo aliento para ella.

Porque ella... los había matado con sus propias manos.

Sin poder creerse aun, ella regreso con el fin de acabarse a ella misma. Pero sabia bien que sus amigos jamás la dejarían sola, los conocía perfectamente a todos, y sabia que el primero en ponerse frente a ella para salvarla seria él.

Sin dejarle otra opción, decidió cambiar el futuro por ella misma. Haciéndose daño a ella misma.

— ¿Donde estoy? – se apoyó en lo alto de un árbol esperando ver algún cartel o algún indicio del lugar en donde se encontraba. — ¿Donde estará?

Su capa le cubría lo suficiente para ocultar su largo cabello y sus grandes ojos rojos que alguna vez fueron cafés.

Quien antes hubiera cuidado de si misma, de su persona, tan apasionadamente ahora estaba descuidada.

Su figura seguía siendo la misma, en cambio su rostro, cual tenía cicatrices de guerra y ojeras bajos sus grandes ojos, estaban apagados con la soledad.

Su cabello estaba maltratado hasta la raíz de las pocas veces que había sido lavado, y su sonrisa, que en algún momento era reluciente, había desaparecido. Todo lo que ella recordaba, todos esos momentos, los hubiera borrado si fuera posible.

Bajando la colina descalza imagino lo magnifico que seria tomar un baño caliente después de tanto tiempo, y lo maravilloso que todo seria si pudiera arreglar el destino con un aplauso.

Quien antes sostenía la esperanza en sus manos, ahora no la tenía.

— ¿Los festivales son lindos, no es así? – preguntó la voz tras de ella.

— ¿Que haces aqui? Tu y yo no debemos conocernos aún – su voz fría bailo en el aire llegando a sus oídos.

— Se me hizo curioso la nivelación de magia oscura que tienes dentro, me sorprende que alguien tan pura como tu la cargué – sus palabras burlonas no le afectaron en nada, en cambio, siguió caminando — Y se me hace aún más curioso, el hecho de que no hayas corrido con mi hermano como la ultima vez – sus burlas soplaron con el viento, trataba de provocarla mas que nunca.

— Eso no te incumbe – volteándolo a ver mostró sus enormes ojos rojos sangre.

— N-no me digas que tu... – el mago oscuro quedo sorprendido a la mirada de la joven.

Strong Heart; naluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora