Strong Heart; nalu

Capitulo 11

— ¿Estaré haciendo bien? – aventándose a la cama comenzó a rodar — ¡¿Qué se supone que debo hacer?! – grito para si misma mientras repetía la acción anterior sin parar

— Parezco una niña – se rió de si misma — ¿Qué hago?

Lanzando un sonoro suspiro cansado se enderezó para ver sus palmas. Quería encontrar una respuesta, pero no podía. ¿Una solución? Tampoco estaba ahí.

Desde hace años que Zeref le había otorgado el don a ella y a Natsu la habilidad de ver el futuro.

Era una maldición y una bendición a la vez.

— ¿Y si estoy equivocada? – miro con más atención sus palmas para después mirar su mano. Se sentía vacía cada vez que la miraba, una enorme tristeza inundaba su corazón cada ves que miraba su mano y no encontrar algo que no recordaba.

Aún que muy en el fondo lo que quería ver. Esa marca rosa. Esa marca que permanecía al enemigo. O eso le hacían creer.

Sacudió la cabeza confundida, no quería pensar en eso. Volviendo a soltar el aire decidió darse por vencida.

— ¿Dónde estará Natsu? – se preguntó mientras mordía su dedo — Ya tardó demasiado.

Acomodándose en la cama se preguntó a si misma si él llegaba a imaginarse lo mismo que ella. Se dio una bofetada mental imaginándose la cara que pondría su prometido si llegaba a preguntarle eso.

Un pequeño rubor apareció con pudor en su rostro, desde hace días que no podía evitar sonrojarse con fuerza al pensar, decir, incluso escuchar la palabra «prometido» referente a ellos dos. Todo desde que regresaron de Fairy Tail.

— Regrese, y traigo a alguien conmigo – la voz de Natsu se escucho por toda la habitación anunciando su llegada.

—Al fin, estaba tan abu- – me quedé helada al ver a la pequeña escondida tras de él.

Fruncí el ceño, pero desapareció cuando Natsu me proporcionó una sonrisa llena confianza, eso era suficiente para creer en él como siempre.

— ¿Fuiste por Wendy? – le pregunte extrañada – ¿Quién eres y qué le hiciste a Natsu Dragneel «sigo las órdenes que se me dan»? – me burlé

— Esto es diferente – rodó los ojos para acercarse a la cama — Lucy, sé que sonará raro y no te culparía si me miras de esa manera.

— Cuantas veces no lo he hecho – me reí de su expresión.

— Es diferente – repetí — Te preguntaré algo, ¿nunca has sentido... Que algo falta en tu vida?

Junte mis manos sobándolas: — ¿Por qué me preguntas eso? – pregunte nerviosa.

— Respóndeme, por favor – sus ojos me miraban esperanzados.

— Desde hace unos días, – hice una pausa – que siento que me falta algo. No sé que es, tal vez suene raro, pero desde que entramos a Fairy Tail por primera vez... Me sentí tan llena. Pero cuando salimos el vacío regreso.

Sus ojos se abrieron de par, tal vez esa era la reacción correcta. Pero había algo más en su expresión, esperanza.

— ¿N-no recordaste algo? – me tomo de los hombros sorpresivamente.