Small Bump.

Capitulo 1

Narra Justin:
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Abrace a mi chica por la espalda, depositando tiernos besos por su hombro hasta el cuello con mucho amor. Mis manos quedan justo sobre su estómago inchado y sonrió contra su cuello sin poder evitarlo, las suyas quedan sobre las mías y las presiona un poco contra su panza. Suspiro con suavidad aún con una sonrisa dibujada en mis labios. Siento un leve movimiento más una patadita y me rio bajito junto a ella.

- Ocho meses... Ocho meses y mírate, con una panzota hermosa, con una princesita ahí dentro... -Susurro con amor, beso su parte trasera de su cuello.

- Solo un mes más... Y la tendremos en brazos. -Murmura sonriendo, asentí motivado.

- ¿Oíste reina? Pronto estarás en los brazos de papi, te haremos la niña más feliz del mundo, bajare la luna y estrellas para ti como lo e echo con tu madre... -Susurre volteando a mi mujer para quedar frente a frente con ella... La mire a los ojos con fijeza.- Te lo prometo. -Susurre de corazón. Haciéndola sonreír completamente enamorada.
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Horas después...

Maldije golpeando con mi puño completamente cerrado y con fuerza estrellando contra la pared. Mi respiración era entrecortada e dificultosa, mis lágrimas bajaban por mis mejillas como nunca en mi puta vida. Sentí la mano de alguien en mi hombro, gruñí y me aleje con rabia. Han pasado seis horas y ninguna noticia. Ninguna puta noticia. Apreté nuevamente mi otro puño y fui a estrellar lo contra la pared pero entre dos me detuvieron. Maldije e me forcé para soltarme de sus agarres... Siendo los intentos en vano...

- ¡SUELTENME! ¡SUELTENMEE! -Grite con fuerza, ellos no me hacían caso, maldije y me removí más con brusquedad.- ¡¡QUE ME SUELTEN GILIPOLLAS!! ¡AHORA!

- Basta, basta Justin... Te sacaran del hospital... -Susurro mi amigo Angelo sosteniendome, me forcé.- Por favor... -Susurro destrozado, su voz se destrozó por completo. Negué con la cabeza, mis lágrimas aumentaron.

Sin más fuerzas, sin poder más con mi vida me deje caer de rodillas, esto dolía... Dolía muchísimo, sentía que simplemente no podía más... ¿Por que? Simplemente ¿por que? ¿Por que a ellas y no a mi? Atacado llore, destrozandome frente a todos, sin importar quienes estaban me derrumbe... Llorando en el suelo sentí las caricias de Angelo en mi espalda, negué, apretando mis ojos y puño del brazo que podía mover golpee el suelo con fuerza... Suelto un grito agonizante.

- ¡¿POR QUEEE?! ¿¡POR QUE A ELLAS Y NO A MI!? Maldita sea... Maldita sea mi vida... ¿Por que? -Mi llanto aumentó y pegué mi frente contra el suelo, llorando. Ya echo mierda.

Sentí a alguien caer a mi lado, también atacado llorando, y me abrazo por la espalda, Angelo lo sentí alejarse y siento como me abrazan con fuerza por la espalda recostado sobre mi... Llorando contra mi espalda...

- Tranquilo... Todo estará bien, ellas estará bien... -Susurra esa voz femenina, era mi hermana... Intentaba darme apoyo, todos lo intentaban pero no funcionaba... Estaba totalmente destrozado... Si ese hijo de puta no hubiese chocado contra mi auto, si no nos hubiese echo caer por el puto barranco todo estaría bien... No estaría en este jodido hospital... ¡Todo gracias a ese cabron borracho estaba aquí!.

- Hijo de puta... Es un cabron... Un cabron es lo que es... -Decía llorando atacado, no podía controlarme, me levantó casi tumbando de mi espalda a mi hermana y comienzo a caminar alejandome de todos.- Lo voy a matar, ¡lo voy a matar!

- ¡Justin! -Gritan todos corriendo detrás de mi, los siento detenerme y suelto una maldición.

- ¡SUELTENME!

- No vallas, quieto por favor.... Te votarán de aquí...

- ¡ME IMPORTA! ¡LO MATARE A PUÑOS! ¡JURO MATARLO!

- Señor tranquilo o tendré que sacarlo... -Susurra alguien, lo miro fríamente, un doctor.

- ¡Pudrase! -Suelto con frialdad e intento soltarme del agarre de todos.- ¡Que me suelten! ¡SUELTENME YA! -Grito, sentía mis venas brotadas por completo.

- Busca el tranquilizante...

Lo miro, mi agarre en un abrir y cerrar de ojos se encontraba contra la camisa del doctor y este pegado a la pared mirandome aterrado. Todos atrás de mi estaban suplicando a que lo soltara pero yo no los escuchaba, no los entendía, estaba cegado por el coraje y el dolor que sentía. No usaba mi otro brazo ya que me lo había fracturado por golpear con tanta fuerza la pared, pero me importaba tres cojones.