Small Bump.

Capitulo 59

Nos quedamos en silencio durante unos minutos hasta sentir su respiración relajada, ¿se había dormido? Con cautela levantó mi cabeza encontrándome a un Justin totalmente relajado ya dormido, respiraba por su boca y le salían leves ronquidos a la vez, Rio bajito... Y eso que el negaba que roncaba, siempre que se lo decía el literalmente se caía de culo diciendo que no era cierto, lo grave varias veces y continuaba diciendo que no era cierto, que era montaje y el no roncaba. Ahora mírenlo, dormido y roncando, al menos sus ronquidos eran suaves, no eran exagerados como aveces, era muy pocas las veas pero me salían muchas veces como sonido de una foca. Literalmente. Observándolo con amor me le quedo mirando por varios minutos, admirando su rostro relajado, sus labios tan carnosos e rosados entre abiertos, su ceño ligeramente fruncido... Todo en Justin es hermoso, no hay nada imperfecto. Dicen que no hay nadie perfecto, pero les puedo jurar que para mi Justin lo era. La persona más perfecta definitivamente era mi Justin, mi esposo, mi amor. Jugaba con el pecho desnudo y tonificado de Justin haciéndole círculos imaginarios con mi dedo índice sobre este, disfrutando de su piel tan suave, a pesar de lo poco sudado que estaba. Es perfecto este hombre, no hay nada que quiera cambiar de el, lo seguiré diciendo siempre... Es mi hombre perfecto y no me cansare de decirlo. Depositando un suave beso sobre su pecho me bajo de encima suyo con delicadeza, saliendo de el lentamente hasta quedar a su lado, rápido lo miro cuando este jadea un poco y haciendo una leve mueca en sus labios suspira volteando su cabeza hacia la derecha, hago puchero y estiro mi mano para tomar su barbilla para que mirase hacia mi. Sonreí cuando logre, sin despertarlo, que quedara mirando hacia mi y dándole un corto beso en sus carnosos labios rosados me recuesto mirando hacia el y tapándonos con las sábanas.

Al otro día...

Narra Justin:
Carraspeo ligeramente mi garganta y hago una mueca girando mi cabeza hacia la izquierda... Cansado voy abriendo mis ojos encontrándome a mi querida esposa durmiendo sobre mi pecho, se notaba cansada. Bueno, hasta yo estaba cansado... muy cansado, habíamos tenido un gran día ayer, fuimos a la feria, disfrutamos de todas las machinas en especial la que a mi no me agradaba para nada, nos encontramos a nuestros viejos amigos, bailamos, reímos y gozamos con ellos y por último lo mejor... Hacerle el amor y demostrarle como casi todas las noches lo mucho que la amaba, la amo más que mi propia vida, ¿Que les puedo decir? La adoro. _______ es mi todo. Me remuevo en la cama un poco para poder acomodarme pero frunzo mi ceño al sentirme enredado con algo, algo no me dejaba moverme bien.

Levantando las sábanas me sorprendo cuando encuentro a mi esposa totalmente enredada a mi, no les mentia, sus brazos estaban abrazándome por el pecho y sus piernas por mis caderas como si ella fuese una plantas de esas enredaderas, esas que crecen en el bosque y se enredan en todos los árboles. Riendo divertido niego con la cabeza, literalmente me estaba impidiendo moverme o alejarme de ella así esto me voltee como pude y causando que se quejara y hiciera un leve puchero en sus labios pegando su frente contra mi pecho desnudo me volteó totalmente quedando frente a ella.

Rodeándola con mis brazos intento acomodarme de alguna forma para quedar los dos como rolitos bajo las sabanas pero no funcionaba... me sentía incomodo la acomode junto conmigo, mi rostro quedo escondido entre sus pechos y así pude volverme a dormir.

Mi posición podía verse pervertida pero me quede muy cómodo así... Me agradaba, podía sentir su respiración chocar con mi cabeza y su latidos los podía sentir levemente contra mi frente. Una forma extraña pero bueno.. Así me quede dormido nuevamente... A los minutos...

- Biebs... El celular... -Susurra bajito moviéndome un poco, gimo bajito y me comienzo a acomodar abrazándola más fuerte a mi. Casi usándola como un peluche, ella gime bajito.- Biebs... Vamos, coge el celular... ¿Por favor? -Susurra y yo niego con la cabeza, aún escondida entre su pecho, esta suspirando intenta alejarse pero la aprieto a mi.- Justin...

- Quédate... -Susurro roncamente.- Llama más tarde...

Ella se mantuvo quieta por unos minutos hasta que su celular dejo de sonar, ambos suspiramos aliviados al pasar unos minutos y no volvió a sonar. Soltando un suave suspiro contra su pecho me acomodó mejor y en eso siento sus dedos enredarse en mi cabello, acariciandolo y peinandolo con amor.

- Amo tu cabello... Es tan suave. -Susurra jalando de el bastante fuerte, gimo abriendo mis ojos, aun algo soñolientos, con sorpresa y ella ríe bajito al escucharme.- Es como tocar mi almohada peluda.

- Tu almohada peluda me causa alergia... No puedo dejar de estornudar cada vez que duermes con ella. -Susurro con voz ronca, ella ríe.

- No es mi culpa que sus pelitos se metan por tu nariz gigantesca. -Se mofa, sorprendido inmediatamente me alejó de ella para poder mirarla, ella exploto riendo. ¿Qué? ¿Mi nariz gigante? ¿De verdad era grande? Rápido al ver mi alarmo continúa riéndose y acaricia mi mejilla sin dejar de reír.- Era broma amor, tu nariz es hermosa, solo bromeaba. Rubio tonto de nacimiento. -Se burla.