Caminamos hacia la mesa y caballerosamente jale la silla de mi chica para ayudarla a sentarse y luego sentarme yo a su lado. Ya que aún no llegaban mis suegros pues que mejor que pedir adelantado un poco de vino.
- ¿Quieres un vino, nena? -Le pregunto mientras sacaba mi billetera. La veo por el rabillo del ojo negar con su cabeza.- ¿Segura, nena? -Fruncí el ceño mirándola.
- No quiero, aún no. -La miro con el ceño fruncido y ella me sonríe.
- ¿Vale...? ¿Segurita?
- Mjum.
- .... ¿Segurita, segurita? -Vuelvo a insistir. Ella asiente. - ¿Segurita, segurita, segurita?
- Biebs. -Refunfuña y yo rio bajito levantando las manos al cielo.
- Ok ok, solo preguntaba...
- Eres un bobo. -Se ríe negando con la cabeza.
Sonrió, continuamos hablando de todo un poco hasta que mis suegros llegaron. Como siempre mi suegro fue el primero en saludarme a su manera tan brusca que literalmente casi me hace caer de la silla y comerme el piso pero estoy acostumbrado a sus loqueras. Nadie hará cambiar esa actitud que tiene conmigo y no me quejó, mi suegro y yo nos queremos a nuestra manera. Sin embargo mi suegra se acercó y beso mi mejilla y yo la de ella y antes de que mi suegro la fuese a ayudar a sentarse corrí yo primero y la ayude. Cuando escucho a mi suegro gruñir me rio bajito sentandome en mi silla y levantando las manos al cielo totalmente inocente y evitando "pelea".
- Eres un envidioso, es mi esposa no tuya, ayuda a la tuya y deja la mía en paz. -Gruñe y todos reímos, divertido lo miro y le guiño el ojo.
- No creo que tu esposa le moleste, suegrito, más bien me lo esta agradeciendo de que yo la ayudase a sentarse. -Le guiño el ojo, este me lanza una mirada asesina y en eso mi suegra deja de reír.
- Tranquilo amor, una vez que este macho bello me ayude no es nada malo. -Dice mi suegra y en eso siento como se acerca a mi, la miro y me rio más fuerte cuando mi suegra agarra mi brazo y comienza a acariciarlo de arriba a abajo y apretándolos.- Nada malo... -Toca y acaricia mi pecho, _____, mi suegra y yo reímos y mi suegro súper serio me lanza una mirada fría.
- Mucha tocadera aquí, deja de acariciarlo y tú no te acerques a ella. -Gruñe agarrando de la mesa un potecito de sal y lanzándomelo.
Agarrándolo en el aire le agradezco mentalmente a Dios que estuviese cerrado por que si no estaría bañado de sal ahora mismito. Todos continuamos riéndonos y yo dejo el pote de sal en la mesa y dejamos el juego para entonces hablar tranquilamente ojeando un poco el menú, escogiendo nuestra comida.
- ¿Que comerás, nena? -Me inclino hacia ella para ver que ella escogería para comer.
- Aún no se que escoger. -Murmura mirando el menú, me mira dándome una sonrisa y continúa ojeando el menú.
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Small Bump.
Teen FictionPersonas como ese hombre no debían existir en este mundo, ¿para que diablos beber hasta perder la consciencia si guiarás? ¿¡Para que!?¿Para arruinar la vida a otros? El hombre se encontraba en la cárcel, pero oye... ¿Quien me devolverá mi felicidad...