Capítulo 12

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Tres semanas ya han pasado desde lo ocurrido. Richard me había visitado en casa casi todos los días, uno sí uno no. Todavía no han descubierto nada que les lleve al asesino, pero todo llegará.

Julie, cada mañana, va a trabajar, y la mayoría de las tardes las pasa conmigo o con su novio, Benjamin. Así que las mañanas las paso sola, menos cuando viene Rick y se queda unas dos horas para hacerme compañía. Por las tardes doy una vuelta solitaria por la ciudad o con Julie.

Suena el timbre. Es extraño, porque nadie puede entrar en el bloque de pisos sin antes llamar al interfono. Así que decido mirar por la mirilla de la puerta. No veo quién es, está con la cabeza agachada. No sé que me pasa, que empiezo a respirar exageradamente, trato de tranquilizarme y no puedo. Tengo miedo. Sí, lo sé, soy una cagada. En esas, que dan tres golpes en la puerta. Como no sé que hacer, voy a la cocina y cojo un cuchillo. Desde allí, vuelve a sonar el timbre. Me dirijo a la entrada y me preparo. Abro la puerta lentamente y...

-¡Por fin! Creía qu... ¿Qué haces con el cuchillo? -pregunta mientras mantego la posición de psicópata y no puedo parar de inspirar y expirar aire.

-¡Richard Weigel! ¡No me hagas esto nunca más! -dejo de estar tensa y bajo el arma.

-¿Pero qué he hecho yo ahora?

-¡Pensaba... Pensaba que eras el asesino! ¡No has llamado antes por el interfono y por la mirilla no te veía ls cara!

-Ah -ríe-, esto es porque una señora de unos 80 años salía del edificio y he aprovechado para entrar. Lo siento, no pretendía que te asustaras... Y tampoco me imaginaba que estuvieras tan paranoica como para presentarte con un cuchillo -continúa riendo.

-¡Ei! ¡No hace ni pizca de gracia! ¡Cualquiera puede entrar aquí de incógnito y atacarte!

-¿Me perdonas? -me pregunta poniendo ojitos. -Aunque no lo he hecho adrede ni nada de eso.

-Disculpas aceptadas. Ven -me sigue hasta el salón. -Siéntate y acomódate.

-¿Alguna orden más? -río. -Estás preciosa hoy.

-Gracias -digo llevándole el descafeinado. -Tú estás...bueno, tu estás como siempre.

-Gracias a ti también, te digo algo bonito y me lo pagas así -río a carcajadas. -¿Por qué te ríes?

-Tiene doble sentido -pone cara de no saber de lo que le estoy hablando. -Ironía.

-Pues no la he pillado -silencio.-Bueno, ¿me cuentas el doble sentido o qué?

-'Estás como siempre'. ¿Y cómo estás siempre? Guapo -sonríe y le sonrío.

-Tenemos notícias del caso -me informa.

-¿Ah sí? ¿Qué habéis descubierto?

-Antes de morir, tu madre recibió una llamada des de un teléfono desechable. Es por eso que no lo podemos identificar.

-Entonces sabía el número de mi madre... -me quedo pensativa.

-¿Qué pasa Brigitte?¿Sabes algo?

No sé si contarle lo del "47", o que el supuesto assessino tiene mi número también. Se lo contaría a todo el equipo y no quiero que esto ocurra. Soy muy cabezota, sabiendo que si se lo cuento podrían avanzar en la investigación y descubrir más pronto el tipo.

-No, sólo que me parece extraño que alguien tan próximo pueda hacer algo así.

-Ya, hay gente para todo -consulta el reloj de la pared.-Me voy, ¿vale?

-Adiós -nos despedimos y sale por la puerta.

Recibo un mensaje:

Están trabajando mucho en tu "ex-trabajo"... Deberías agradecerles lo que hacen en vez de fastidiarlo todo.

Assn47

¿A qué se refería? Alguna trampa me había puesto y no lo pensaba tolerar. Ahora tenía que ir a comprar para comer, que la nevera estaba vacía.

Memorias de un crimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora