Él siempre consigue sacarme una sonrisa. Y la verdad es que estoy agradecida de que él haya sido el que me ha encontrado.
-¿Cómo es que estás aquí? ¿Me echabas de menos?
-Richard... Vamos a sentarnos y te lo cuento todo -vamos a una oficina desocupada: él se sienta en la silla del escritorio y yo enfrente.
-Suelta.
-Haber... Te cuento des del principio. El día del entierro, cuando estaba con vosotros, un número misterioso me envió un mensaje que me advertía de que si me entrometía en la investigación me iba a pasar algo. Esta persona firmaba en el mensaje como "Assn47". Por eso en el lugar del crimen había un 47 escrito en el asfalto.
-¿Y por qué no nos lo contaste?
-Porque quería investigar por mí cuenta. Bien, continuo... Hoy, el agente Müller, me ha llamado y me ha dicho que tenía que hablar con conmigo. Yo ya tenía pensado venir para descubrir más cosas sobre vuestra búsqueda y intentar sacar algo de todas las preguntas sin respuesta.
-¿Qué te ha dicho?
-Alguien ha entrado en mi cuenta del departamento para mentir todas las afirmaciones que habiais descubierto. Como era normal, me ha acusado a mí, pero yo no he sido, y no me cree. Creo que ha sido la misma persona que me envía los mensajes -se produce un silencio como el de antes en la oficina.
-Te creo, Bri -su voz es dulce y suave. Lo miro.
-¿De verdad? -asiente con una sonrisa.-Pues debes ser el único. Me puesto como una desesperada llorando y gritando y desahogándome delante del agente. Parecía una loca exagerada.
-Yo no pienso lo mismo. Es normal, yo estaría igual. ¿Has hablado con los otros?
-No, pero Müller informará a todos.
-Alomejor te creen, yo lo he hecho.
-No todos son tan comprensivos como tú.
-Hablaré con ellos, no te preocupes.
-Pero no les digas lo de los mensajes.
-Ok. Otra cosa más... Antes has dicho que ese tal Assn47 te ha enviado mensajes.
-Tres mensajes. ¿Los quieres ver?
-Sí, porfavor -saco el móbil y abro los SMS. Los lee detenidamente. -Son amenazantes, misteriosos y terroríficos.
-Ya... Intento no tener miedo, pero no lo puedo evitar.
-Y aún así continuas enfrentándote tú sola a esto.
-Sí, porque la quiero.
-Tienes que enseñarselo al agente. El último es la prueba de que no mientes.
-No puedo...
-Podemos enfrentarnos a esto juntos, con el equipo. Será más eficaz y seremos más fuertes y rápidos. Vuelve, Brigitte.
-Lo siento, no debo.
-¿Por qué?
-A parte de a mí, os pondré en peligro a vosotros. Y os quiero demasiado como para arriesgar. Este tipo es capaz de cualquier cosa -Richard respira hondo y se tapa el rostro con las manos.
-Cabezota... -susurra. -Pero prométeme una cosa.
-¿El qué?
-Me avisarás tan pronto cuando te envie otro mensaje y que no saldrás en su busca ni harás ninguna locura de las tuyas.
-Eso son tres cosas -me mira levantando una ceja. -Vaalee -me levanto.
-Cúidate -nos abrazamos.
-Lo haré, siempre en cuanto continues dándome noticias sobre cualquier pista o descubrimiento.
-Hecho -en estas que aparece Karl y entra en la oficina pidiendo permiso.
-¡Hola Brigitte! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo va todo?
-Bien, bien... -sé que el sabe lo que me había dicho el agente hacía un rato. Me mira, sabiendo que sé que lo sabe.
-No me mires así, sé que tú no has sido -me alegra oir eso.
-¿Por qué? No te he demostrado nada.
-Confío en ti. Eres una chica sincera y nunca mentirías -me ruborizo.
-Gracias, lo aprecio mucho. Chicos, tengo que ir a ver a mi padre y dar un paseito. Nos vemos mañana, que tengo "entrevista" con Müller.
-¡Suerte! -dicen al unísono.
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Memorias de un crimen
Mystery / ThrillerBrigitte es una joven alemana, estudiante de criminología. Con sus 23 años, le aparece su primer caso dónde deberá mostrar todo lo que vale. Pero no sabe lo que le espera, sobretodo cuando descubre quien es la víctima.