Son las 17:30h y estoy delante el edificio de mis sueños. Estoy muy nerviosa. ¿Cómo entro? ¿Dónde voy después? El caso es que necesito entrar. Y es precisamente lo que hago.
-Buenas tardes, soy Karl Heine -es un chico de unos veinte y pico años.-Usted debe ser la joven Brigitte, ¿no es así?
-Sí, Brigitte Ehrlich. ¿Cómo lo ha sabido?
-Me han dicho que vendria una chica nueva llamada Brigitte esta tarde, y usted andaba un poco despistada -sonrío.-Encantado de tenerla aquí.
-Por favor, hábleme de "tú".
-Igualmente. ¿En qué departamento trabajarás?
-En el laboratorio. Es lo que siempre hubiera querido hacer.
-Entonces ya conoces uno de los compañeros -y se señala con los dos índices, haciendo un gesto gracioso.-¿Cuántos años tienes?
-¿No sabes que es de mala educación preguntar la edad a una mujer? Pero, da igual, tengo 23 años. ¿Y tú?
-25. ¿Entonces eres novata?
-Se podría decir así.
Me acompaña hasta el laboratorio, y me presenta a todos los presentes.
-Ellos son Matthias, Adam, Agatha, Janett, Ferdinand, Rita, Gabriel, Hans, Gudrun, Sascha y Richard -saludan. El último tiene qué desear.
-¡Buff! ¡Cuántos! Me costará aprenderlos, pero intentaré acordarme.
Hacemos una visita por todo el recinto, y sobre la marcha me cuenta qué se hace en cada lugar. Es un chico majo, además de guapo.
Llego a casa hacia las 20h. Mi madre está cocinando la cena y mi padre está tumbado en el sofá viendo un partido de fútbol. Suelo ir a verles una vez a la semana y comer con ellos. Yo vivo en un piso con mi amiga, Julie. Espera, hay algo que no cuadra. ¡No os los he presentado! Mi padre se llama Rüdiger Ehrlich ,y mi queridísima madre, Corinne Schneider. Son lo más importante de mi vida, los amo con toda mi alma. Son la razón por la cual continué siendo criminóloga.
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Memorias de un crimen
Misterio / SuspensoBrigitte es una joven alemana, estudiante de criminología. Con sus 23 años, le aparece su primer caso dónde deberá mostrar todo lo que vale. Pero no sabe lo que le espera, sobretodo cuando descubre quien es la víctima.