6.

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No supe que responder, solo me quede callada disfrutando del abrazo. Minutos después, el se separó de mi.

- Ven, te quiero enseñar algo -. Su mirada me transmitió confianza y seguridad, así que solo asentí. El tomo mi mano y me guío fuera de la pequeña cabaña, el frío aire se coló hasta mis huesos. Aaron noto como yo temblaba del frío, antes de que saliéramos a dar un paseo por el frío, nevado y siniestro bosque, el se adentró en la cabaña y a los segundos volvió con un abrigo de lana, me lo tendió a lo que yo agradecí con una sonrisa. El tomo mi mano y comenzamos a caminar, yo observaba los hermosos paisajes que aquel misterioso lugar ofrecía. Después de un largo rato caminando en silencio, solo escuchando el cantar de los pájaros, el crujir de las ojos cuando las pisábamos, y el agua correr. Llegamos a un prado escondido de todos los turistas, ya entendía porque Aaron vivía en el centro del bosque. Le brindaba paz y una tranquilizadora soledad. Observe el prado frente a nuestros ojos. Era sencillamente impresionante, el frío viendo provocaba que mi cabello bailara con el.

- No quiero que te vayas a asustar -. Me dijo Aaron, no entendía porque decía eso, ¿que me quería mostrar? Note como Aaron gruñía cual lobo, los músculos de su espalda se tensaron de una manera muy notoria. Sus gruñidos aumentaban, note como se ponía de rodillas en el suelo, alzó su vista al cielo y en un abrir y cerrar de ojos, Aaron se había convertido en el mismo lobo que había conocido ayer. Me asuste y retrocedí, tropecé con una roca y caí al piso. Aaron o el lobo, camino hasta donde yo estaba. El tenía una mirada que expresaba ternura, estire mi mano hasta poder tocarlo, el se acerco y le acaricie el rostro, aquel lobo acortó la distancia entre nosotros hasta que sus ojos estaban a centímetros de los míos, sentí su cálido aliento, observe sus ojos color amarillo y pude ver el alma de Aaron, veía a un chico noble, decente y lastimado, pero sobre todo enamorado. Me acerque un poco mas a Aaron y el se transformó en humano otra vez, esta vez sus ojos no me observaban, veía el suelo. Tome su mentón e hice que me observará. En ese momento me sentí como el lobo que el era, sentía impulso de hacer una cosa. Así que la hice, me acerque hasta que nuestros labios se rozaron, y lo bese.

Slow death libro 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora