El joven llamado Bellamy todavía no me quitaba la vista de encima, con cara de preguntarse que quién era y qué hacía ahí, como si esta casa fuera suya.
— Ah, ella es Kaoru. —Me presentó la señora, sonriendo mientras veía nuestras divertidas miradas.
— ¿¡Kaoru!? —Se asombró comenzando a reírse para sus adentros.
Recuperó la compostura, pero esta vez me miró con una mirada diferente, de curioso. Separó sus piernas y bajó un poco, como cogiendo impulso, sus piernas se volvieron muelles.
Lo que pensé en ese momento fue que Bellamy era un marine que venía a capturarme, así que antes de que ejecutara su ataque lo saqué de la casa de la mujer de un disparo hecho de aire. La señora me había cuidado sabiendo que era un peligro para la marina, lo menos que podía hacer era cuidar su casa y llevar la pelea afuera.
— Vaya, sí que eres fuerte, Kaoru. —Me halagó el chico, sonriendo y disparándose a sí mismo hacia mí.— ¡Pero si no puedes igualar mi velocidad estás perdida!
Rodeé mi brazo y puño derecho de la armadura de Haki, esperé hasta el momento indicado y chocaron ambos puños, el de él y el mío, pero, como era de esperarse, el suyo cedió brutalmente, llegando a ver a cámara lenta como crujían sus dedos y huesos. Finalmente fue empujado hasta otra casa en ruinas, llegando a hacer un gran boquete. Lo había dejado K.O.
— Oh, dios mío, ¡Bellamy! —La señora fue corriendo hacia él, observando como tenía rasguños por todo su cuerpo, pero lo que más daba grima ver era su brazo, con el que había chocado en el impacto.— ¡Te lo tienes merecido por meterte en tantos líos! —La mujer le pegó en la cabeza, adornándola un chinchón.
— Perdona, pero ahora estoy confusa... —Interrumpí sobándome la cabeza, riendo con nerviosismo.
— Él es Bellamy, un chico que yo cuidé cuando era pequeño, pero se alejó de mí para irse con...
Parecía costarle completar la última frase, pero también era como si le fuera tabú decir esa palabra. El chico, aún en sus brazos, comenzó a despertar abriendo sus ojos, acompañándolo con sus quejidos de dolor.
— Bellamy, ¿me puedes explicar esto? —Una voz diferente sonó en el lugar.
No noté su presencia en ningún momento, así que me sorprendí. Me moví violentamente hacia la nueva presencia, y me aterró a primera vista. Imponía con tan sólo su altura.
El hombre tenía más de tres metros, y andaba un poco raro, como si estuviera pisando cáscaras de plátanos. Esbocé una risita silenciosa. Era rubio, al igual que Bellamy, pero más reluciente y con el cabello mucho más corto. Llevaba unas gafas un tanto raras, sin poder ver sus ojos detrás de ellas. Vestía un chaleco blanco sin abotonar, dejando todo su torso y abdominales al aire libre, por encima le cubría una especie de chaqueta de plumas rosas, que finalizaba un poco más abajo de sus rodillas. Sus pantalones eran de un rosa más fuerte con dibujos de cortes con otro rosa más palido, para finalizar, calzaba unos zapatos terminandos en punta, negros.
— ¡D-Doflamingo! —Gritó la mujer con los ojos como platos, completando su discurso explicativo sobre Bellamy.
— ¡Señor! —En su penoso estado, Bellamy se levantó y se dirigió hacia él, haciendo un reverencia y mostrando su vergüenza por haber sido derrotado.— ¡Perdóneme!
— ¿Eres Kaoru? —Preguntó con una sonrisa diabólica, ignorando a su subordinado.
— ¿Y tú Donquixote Doflamingo, el Shichibukai? —Devolví la pregunta, como si se tratase de un juego de adivinar los nombres.
— Parece que ambos hemos dado en el clavo. —Se fue acercando poco a poco a mí, observándome desde arriba, sin borrar aquella sonrisa.— Debes ser muy fuerte para haberte enfrentado a los tres almirantes y salir ilesa... ¿Quién eres realmente? —Cambió su expresión a una seria.
— Es secreto jajaja. —Le guiñé el ojo, causándole más risa.
— Me gusta tu actitud Kaoru, ¿quieres formar parte de la familia Donquixote? —Me invitó interesado.
— La verdad es que ahora estoy bien así, pero no tengo a dónde ir ni a nadie, así que puedo ser sólo una chica que se pasa el tiempo con la familia Donquixote, porque una aliada no podría ser, ¿o sí? —Le ofrecí mi propuesta.
— Me parece bien, y estás muy bien informada. —El Shichibukai comenzó a andar hacia el puerto del pueblo, pero no había ningún barco que él pudiera usar.
— ¡Señor, perdónam...
— Lo pasaré por alto porque, gracias a ti, he encontrado a la nueva chica pirata. —Informó.
Bellamy lloró de la emoción aún estando en reverencia, observando con lágrimas cómo se marchaba su líder conmigo.
Doflamingo y yo llegamos al puerto, preguntándome mentalmente cómo íbamos a desplazarnos, al menos él, porque yo no tendría problema.
Mantuvo su sonrisa frívola durante todo el rato, algo que me daba grima, pero lo aguantaba.— ¿A dónde nos dirigimos? —Pregunté cruzándome de brazos, siendo obligada a levantar mi mirada para mirarlo.
— A Dressrosa, mi reino. —Respondió cogiéndome de la cintura y pegándome a él, haciendo que me sonroje.
— ¡No me cojas! —Grité avergonzada mientras tragaba saliva, comportándome como una niña de 4 años.
Él se extrañó por mi actitud, pero, como siempre, le causó gracia y esbozó otra sonrisa más grande, observándome tras esas gafas impenetrables.
Me moví hasta estar a su espalda y, aferrándome a su chaquetón de plumaje rosa y ayudándome con el viento, me monté en él, sujetándome a su cuello y teniendo una vista impresionante.
— Wow, te lo pasarás bien aquí arriba jajaja. —Me burlé sin querer hacerle sentir mal o que pensara de que yo quería dejarlo mal por su estatura.
— Qué molesta eres, niña. —Me devolvió la broma.
— ¡No soy una niña! —Le pegué un golpe sobre su cabeza.
A pesar del poco tiempo desde que nos conocimos, nos caímos bastante bien a primera vista, sintiendo entre ambos una curiosidad el uno por el otro. Mi padre me avisó sobre todo que tuviera cuidado con este Shichibukai, pero siempre me tomaba a las personas con optimismo hasta que ellas mismas hicieran que cambiara de opinión.
En algunos momentos del viaje nos tratábamos como si fuéramos hermanos, de la familia Donquixote, pero sabía que no debía pasar ese límite.
— Va a ser un largo viaje. —Me avisó antes de que se pusiera a volar con hilos invisibles, atados a las nubes.
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One Piece.
Fanfiction"¿Quién te ha hecho eso padre?" "Iré a por él, y lo mataré." ¡Hola! Me llamo Kaoru, mi padre es una de las personas más fuertes del mundo, y por eso no entiendo qué clase de monstruo ha herido a mi querido papá. He decidido ir en un viaje por tod...