13. ¿Trafalgar Law?

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- ¡Gracias por tu hospitalidad! -Me incliné en una reverencia, mostrando mi gratitud con una gran sonrisa hacia Doflamingo.- ¡Dressrosa es una bonita y gran ciudad, volveré! -Dije a modo de despedida, subiéndome a la barquichuela del otro Shichibukai.

Dracule Mihawk no habló mucho con su compañero, parecía haber cierta distancia entre ellos dos. Él se encontraba ya en su trono, sentado y esperando a que estuviera preparada.

- Akagami Kaoru, siempre serás bienvenida a mi reino, y todavía más bienvenida a la Familia Donquixote. -Intentó volver a engatusarme, sonriendo.

Al llegar estas palabras a los oídos de Mihawk, éste le dirigió una mirada de reojo, como si algo le hubiese molestado o tramara algo malo, muy malo. Yo me negué de nuevo, agradeciendo su oferta.

- Por ahora prefiero no pertenecer a ninguna banda. -Expliqué quitándome las cadenas de Doffy, sintiéndome más segura lejos de él. - Oye... -Hice una pausa, viniendo algo a mi mente.- ¿Cómo era el chico que queríais encontrar?

- Trafalgar Law. -Contestó él, borrándosele la sonrisa.

- Si lo encuentro le mandaré saludos de tu parte. -Me despedí.

El tablón de madera comenzó a alejarse de la orilla, estando ya a varios metros de mar adentro, despiéndose de mí estaban Dellinger con su voz afeminada, y una sonrisa diabólica; Viola, moviendo su brazo de un lado hacia otro; y Buffalo. Los demás decidieron no aparecer.

Pasadas unas horas en alta mar ninguno de los dos abrimos el pico, ni siquiera para hablar de mi padre, que era lo único que teníamos en común. Aburrida de estar tirada en el tablón me senté en el mismo, mirándolo fijamente, aunque la mirada no era correspondida. Me quedé observándolo por unos segundos, y enseguida me di cuenta que tenía un sonrojo en mis mejillas. Era un hombre atractivo a pesar de su edad.

- ¿Ocurre algo, Akagami? -Preguntó él en un tono serio y frío, mirándome.

- ¡P-Puedes llamarme Kaoru! -Salté dándome la vuelta. Todavía no se me había quitado el rojo de mis mofletes.- ¿N-No te sorprendió que yo fuera hija de tu amigo?

- Me sorprendió un poco, pero no tanto para dar a conocer mi asombro a las personas. -Su respuesta fue clara y legible para una niña como yo.

- Papá...

- ¿Lo echas de menos? -Interrumpió al oír mi leve quejido.

- ¡Claro que lo echo de menos! Pero sé que estará bien esté donde esté, después de todo es el hombre más fuerte del mundo jajaja. -Reí recordándolo, pero pronto mi sonrisa se borró. Sí que lo echaba de menos.

- ¿Ahora cuál es tu objetivo? -Cambió de tema rápidamente.

- Mi objetivo es ser la mujer con mayor recompensa en el mundo. -Dije con un ojo cerrado y con el pulgar hacia arriba. Como si ese objetivo fuera algo digno de envidiar.

- ¿Entonces quieres que te lleve a Enies Lobby, Impel Down o a Marineford? Allí si causas algo te pondrán una gran recompensa. -Informó con total calma, dándome cuenta que él tampoco estaba del lado de la justicia de la Marina.

- Las tres me dan miedo. -Revelé, tragando saliva.- Mi padre me habló de ellas tres, y dijo que no me acercara porque podrían capturarme... Creo que por ahora me dirigiré hacia el Archipiélago de Shabondy. -Dije embobada.

- ¿Qué es lo que quieres hacer ahí, en la entrada al Nuevo Mundo? -Preguntó curioso.- ¿No querrás golpear a un Tenryuubito? -Sacó rápidamente conclusiones, un poco fuera de su carácter frío.

- No, no jajaja. -Negué rápidamente.- Shanks me llevó allí de pequeña y me lo pasé muy bien, así que estaré ahí formando un poco de lío, pero no golpearé a ningún noble mundial. -Eso pareció calmar al Shichibukai, que por ahora sólo había mostrado su faceta de insensible.

Llegar al archipiélago no duró más de 4 horas, retrasándonos el impredecible tiempo del Nuevo Mundo y algunos barcos piratas que Mihawk cortó con su larga espada. Yo solamente observaba del breve espectáculo, analizando un poco más al que fue rival y amigo de mi padre. En el viaje comí unos Sandwichs que me hice antes de zarpar, compartiéndolos con el Shichibukai que aceptó sin mucha gana, pero al final se los zampó tranquilamente. Después de sólo ver mar se pudo visualizar el archipiélago a lo lejos, utilizando mi poder para llegar más rápidamente.

- ¡¡Llegamos!! ¡Gracias Mihawk! -Agradecí enormemente, bajando del transporte y respirando con toda la capacidad de mis pulmones. Estaba súper emocionada de volver a visitar ese lugar.

Di unos cinco pasos hacia el frente, dispuesta a comenzar mi aventura en aquel lugar. Tenía pensado en pasar un tiempo ahí, ya que aquí se reunirían un montón de piratas y podría hacer dinero fácilmente, y con ello llamar la atención de la Marina. Antes de salir corriendo eché una mirada hacia atrás, observando que el Shichibukai estaba fuera de su barca, de pie y observando el archipiélago. Dubitativa del por qué no estaba en su barquichuela comencé a interrogarle.

- ¿No te vas, Mihawk? -No quise sonar molesta, así que utilicé un tono suave y de confusión.

- ¿Quieres que me vaya? -Negué rápidamente la cabeza, avergonzada.- Ya que estoy aquí debería darme una vuelta. -Contestó comenzando a caminar, pasando por mi lado.

- ¡T-Te acompañaré! -Grité corriendo para alcanzarle y agarrarle de la mano, sonrojada.

Anduvimos por varios Groves, haciendo una gran caminata. Él y yo fuimos reconocidos por la mayoría de personas, ya sean piratas o gente normal. Al lado del Shichibukai me sentía inferior, enana. Esto hizo que varios cazarecompensas me subestimaran y terminaran gravemente heridos.

El tiempo pasó volando y la noche llegó. Mihawk estaba a punto de irse, así que fue a despedirle en la costa, donde dejó su barquichuela.

- He de irme, Kaoru. -Recitó él, sentado en su trono.- El destino nos volverá a unir, Akagami.

- ¡E-Eso espero! -Exclamé sonrojada. No me esperaba oír de él tal frase, y más si tiene más de un significado.

Tras despedirse se fue, partiendo hacia alguna parte del Nuevo Mundo.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2015 ⏰

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