Capítulo 9

623 56 10
                                    

- Solo pido tres cosas, señor presidente.

- Pidelas sin miedo, hija- me dice el presidente con una sonrisa en sus delgados labios.

-No quiero que ninguna cámara me grabe mientras esté en las Arenas, se me darán armas en cuánto lo necesite así como medicinas, alimentos y objetos para mi supervivencia y la última cosa que quiero pedir es que Cato Haedley, tributo del distrito dos, sea mi protegido.

Séneca se queda mirándome sorprendido, pensará que he sido demasiado osada al exigirle tantas cosas al presidente. El presidente solo sonríe y mira a Séneca con orgullo.

-¿Ve señor Crane el por qué me siento tan orgulloso de mi hija? Se te dará todo lo que has pedido pero no permanecerás ahí hasta el fin de los Juegos tan solo estarás cuatro o cinco días. No puedo contarte mis motivos del porqué vas a los Juegos pero sólo te pido una cosa: Acatarás mis órdenes en todo momento ¿entendido?

-Sí señor presidente- le digo seria. El presidente me despide y salgo corriendo hacia el edificio dónde están los patrocinadores.

Solo quiero ver a una persona y no es Haymitch. Finnick, le conozco desde que era niña y siempre ha sido mi mejor amigo. Esa mañana había cogido la carta de Cato porque sabía que algo malo iba a ocurrir.

Veo a Finnick sentado en un sofá blanco rodeado de chicas. En cuánto llego yo las chicas me miran con asco y ante la sorpresa de ellas Finnick me agarra de las manos y me sienta en sus rodillas.

-Señoritas siempre hay Finnick para todas pero ahora solo lo hay para la preciosa señorita Snow- dice mientras me abraza.

Las chicas ríen coquetamente ante la preciosa y seductora sonrisa de Finnick mientras se van.

Me levanto de las rodillas de Finnick y con su mano agarrando la mía salimos de la sala de los patrocinadores. Caminamos lentamente por el Círculo del Capitolio.

-Necesito que me guardes esto, es muy importante para mí- le digo en un susurro mientras que le paso la carta con la máxima discreción posible.

-¿Una carta de amor? Pensaba que sabías que me gusta Annie.

-Finnick...es de Cato.

-Es verdad me había olvidado que tu enamorado está en los Juegos y que ha matado a uno de mis tributos.

-Lo siento, de verdad. Finnick...el presidente...me va a mandar...a los Juegos- le digo temblorosa. Finnick me mira sorprendido y me abraza.

-Voy a ser tu mentor Katerina, no voy a dejar que nada te ocurra en los Juegos.

Le abrazo con más fuerza. Finnick no solo ha sido mi mejor amigo ni el "prostituto" personal del Capitolio. Finnick ha sido mi hermano, mi soporte cuando Cato o Lussy no estaban ahí.

-Salgo en dos horas ¿algún consejo?

-Busca agua...aléjate de los profesionales y por favor aléjate de Clove.

La niña del CapitolioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora