La niña del Capitolio

Capítulo 13

Me despierto prácticamente sin aire. Tengo la sensación de haber estado nadando a millares de metros de profundidad sin bombona de oxígeno.
Giro mi cabeza y veo a Finnick sentado en una silla cerca de mi cama.
-Finnick...- digo en un susurro. Él rápidamente se acerca a mi cama. No me había fijado en que Lussy también estaba en la habitación, ella también se acerca a mi cama y coge mi mano.

-¿Estás bien?- me pregunta Finnick mientras apoya su mano en mi frente.

Asiento pero no lo estoy. Los horrores de mi infancia están volviendo a mí. Lussy mira una pantalla que hay al lado de mi cama.

Oigo la furiosa voz de Cato y rápidamente me incorporo. Lussy me tumba otra vez y Finnick se acerca a la pantalla.

-Que está pasando.

-Cato acaba de asesinar a un tributo, al chico del tres. Los suministros han saltado por los aires ya que estaban rodeados de minas. La chica del doce ha lanzado una flecha a un saco de manzanas y al caer han hecho que todo explote.

Cato no es un asesino. Cato no mataría a nadie, algo más fuerte ha hecho que lo mate. Me toco el pelo, tengo un pequeño mechón que parece que ha sido cortado.

-Dijeron que necesitaban un mechón tuyo para saber si el mutuo te alteró algo del ADN. Tenía una especie de veneno que podía transformarte en mutuo.

No. No es verdad. No necesitan un mechón entero, tan solo con un cabello basta. Han hecho algo más peligroso con mi mechón.

-Ponedme la pantalla aquí.

Finnick mueve la pantalla y la pone enfrente mío. Desde ahí puedo controlar el Cuarto de Control. Ahí lo veo. Estoy tumbada en una mesa metálica pero no soy yo, es mi muto.

Finnick y Lussy miran anonadados la pantalla. Al lado de mi muto hay mesas en las que están los cadáveres y al lado unos lobos.

-¿Qué están haciendo?- pregunta Lussy con horror.

-Van a matarlos con mutos. Mutos de lobo- dice Finnick mientras se sienta en mi cama sin dejar de mirar con horror a la pantalla.

-El presidente va a matar a Cato con mi muto. Va a matarlo- digo a punto de llorar.

Cato va a morir. Nadie escapa de las torturas de Snow ni de sus sentencias  de muerte. Miro mi muto al que le están poniendo cuchillas y demás objetos dañinos.

Si Cato muere me encargaré personalmente de matar al presidente.